A Roma con amor

Crítica de Claudio Lo Iacona - Todo lo ve

Enredos a la Italiana

Luego de recorrer cada rincón de New York, Woody Allen decidió hacer varias escalas por bellas ciudades como Barcelona y París. Ahora le llegó el turno a Roma.

Esta comedia situada en la capital de Italia comienza con el relato de un carismático inspector de tránsito, que no sólo es privilegiado por estar en un punto panorámico exclusivo, sino también por ser testigo de todo lo que pasa a su alrededor.

A Roma con amor hace foco en cuatro historias independientes, la de un arquitecto estadounidense (Alec Baldwin) reviviendo su juventud e intercediendo en una pareja de adolescentes (como si fuera la voz de la conciencia experimentada); un romano común y corriente de clase media (Roberto Benigni) que se convierte repentinamente en la mayor celebridad de Roma; una pareja de jóvenes provincianos atraídos intempestivamente en distintos encuentros románticos, y un director de ópera norteamericano (Woody Allen) tratando de lanzar la carrera operística de un empresario que canta estupendamente, pero sólo en la ducha.

A roma con amor, no es la mejor producción de Allen, pero es una atractiva muestra de su ingenio, que acumula acertados condimentos, en especial, la arrolladora presencia de Penélope Cruz.

Cabe recordar que la actriz obtuvo su Oscar por Vicky Cristina Barcelona. En este caso aparece como una prostituta de la alta sociedad, aun más conocida que el mismo Berlusconi, y colabora con el recién comprometido e inocente provinciano.

Con un magnífico elenco que completan Elle Page (El Origen), Judy Davis, Alison Pill y Jesse Ensenberg (Red Social), el film se disfruta y hasta se da el lujo de cerrar el circuito turístico con un romano desde su balcón invitando a conocer más historias y regresar a la cuna de la civilización. Un escenario distinto donde aparecen las obsesiones y fobias del director.