911 Llamada mortal

Crítica de Andrés Fevrier - Cinematófilos

Dime qué escuchas y te diré quién eres

911 - Llamada mortal es mucho menos de lo que podría haber sido, en gran medida por un final que se inclina por el impacto y la complicidad fácil con el espectador (lo que hace a la película ideológicamente repudiable) en lugar de elegir lo verosímil (que en este caso además hubiera sido moralmente correcto). Pero de todos modos ofrece sus buenos momentos, sobre todo en una larga secuencia, de cerca de media hora, plagada de acción inteligente y buenas ideas. Hay un momento particularmente logrado: el depravado Michael Foster secuestra a la adolescente Casey Welson y la mete en el baúl de su auto; mientras viaja por la autopista escucha Puttin' On the Ritz en la espantosa versión tecno pop de Taco, lo que da indicios de la personalidad del secuestrador (hasta entonces no del todo explicitada) pero también habla de la canción.

Este recurso (delinear a un personaje a partir de lo que escucha) se reitera sobre el final. Cuando Foster tiene maniatada a Casey en su escondite y está a punto de hacerle más daño pone un casete en un viejo equipo de música y comienza a sonar Karma Chameleon, de Culture Club. El nuevo contraste rotundo entre lo que se ve y lo que se oye suena, en este segundo caso, a cita, homenaje o directamente copia: es lo mismo que había hecho David Fincher con Enya en La chica del dragón tatuado (2011), algo ya comentado en este blog.