50/50

Crítica de Paraná Sendrós - Ámbito Financiero

Un drama encarado con humor e ingenio

Superelogiada por su guión original (Will Reiser, basado en su propia experiencia clínica), que ya está recibiendo premios, y ganadora del público en el Festival de Aspen, esta comedia dramática también pinta como favorita para las nominaciones de los próximos Oscar. Ya tiene tres, para los Independent Spirit Awards, en los rubros de mejor film, guión y actriz de reparto (Anjelica Huston, en rol de madre). ¿Es para tanto? En este momento, si.

La historia nos plantea el caso de un joven de 27 años que descubre tener un cáncer en su médula espinal. Siendo una película norteamericana, cabía esperarse un melodrama bien lloroso con información médica y farmacológica y larga función de abrazos con la frasecita «nunca te dije cuánto te quiero» y demás items. Los norteamericanos son casi fanáticos de este tipo de historias. Pero esta vez la historia tiene una diferencia interesante: abundan las risas.

Ya había hecho reír el veterano español Antonio Mercero con «Planta 4ª», donde los internos de un hospital viven haciéndose bromas y travesuras propias de niños, pese al estado semiterminal en que se encuentran. Con un detalle: son verdaderos niños, y saben que casi todos van a morirse. Acá es distinto, comparativamente «light». Por empezar, este muchacho recibe un pronóstico 50% favorable. Está el otro 50%, no lo olvidemos, pero hay que pensar en positivo, y de eso se trata. La novia lo abandona como rata por tirante, pero el mundo está lleno de chicas, y el amigo que le hace el aguante lo empuja a buscarlas. La relación con la madre ha sido medio compleja, pero éste es un buen momento para resolver ciertos asuntos. Y así cada cosa.

Pensada precisamente para público joven, la película tiene una equilibrada organización de momentos gratos, chistes ordinarios, escenas sentimentales y algunas muy emotivas, y un reparto bien armado con Joseph Gordon-Levitt luciendo su enclenque figura, Anjélica Huston, que aparece demasiado poco, el cómico Seth Rogen, que aparece demasiado (pero es quien impulsó la producción) y las flacuchas Bryce Dallas Howard y Anna Kendrick, esta última como una psicóloga fresquita, sin experiencia pero ya autorizada para llevarnos al diván. En resumen, un drama distentido, o una comedia de trasfondo serio, según se la vea, que deja a su público contento y con el pañuelo en la mano.