127 horas

Crítica de Carlos Folias - Puesta en escena

"...entro en el país de los cañones. Solo yo, la música y la noche. ¡me encanta!"

Danny Boyle ha dirigido, entre otras, Shallow Grave/Tumba abierta (1994), Trainspotting (1996), 28 days later (2002), y Slumdog Millonaire/¿Quién quiere ser millonario? con 8 premios Oscar incluyendo mejor película y mejor director y el BAFTA en 2008 y el Globo de Oro en 2009. Se trata de un director talentoso y después de haber disfrutado Slumdog la expectativa ante el nuevo film resultaba inevitable. Para quienes no esperamos ver más de lo mismo, porque la producción en serie está buena para los automóviles pero no para las películas, la nueva de Boyle ha sido muy bien recibida. En 127 horas no hay un gran despliegue de personajes ni historias cruzadas y ni siquiera el guión presenta una estructura complicada. Por el contrario, es una historia simple basada en un hecho real, lo ocurrido a Aron Ralston quien sufre un accidente escalando una montaña en el 2003 y queda atrapado en una grieta con una enorme piedra que le aplasta un brazo y lo inmoviliza.

El papel está a cargo de James Franco a quien muchos recordarán por su participación en la trilogía Spider-man en el personaje de Harry Osborn y si bien en127 horas le hubiera venido muy bien contar con los poderes del arácnido, sus dotes actorales han sido suficientes para seducir al público.

Los puntos claves del film pasan sin duda por las imágenes (observación obvia si hablamos de cine pero necesaria en tiempos en los que si sacamos la tecnología y los efectos especiales, la mitad de los directores tendrían que dedicarse a otra cosa). Hay una muy buena utilización de las cámaras y la fotografía en la narración que exige del espectador que no se distraiga con los pochoclos del vecino, no porque se vaya a perder un detalle fundamental sino más bien porque 127 horas es una película que requiere una identificación con la situación evidenciada en la pantalla para lograr su objetivo. De entrada, hay una muy buena combinación de imágenes que contraponen su sentido y que junto con la música ayudan a crear un ritmo vertiginoso que poco a poco va cediendo conforme el desarrollo de la narración. Una historia muy bien contada si consideramos que la mayor parte del tiempo transcurre en una grieta dentro de una montaña. La utilización de planos panorámicos permiten apreciar la magnificencia de las zonas rocosas del Estado de Utah en EEUU donde transcurre el film y las Imágenes logradas con “plano en picado” es decir desde arriba de los objetos, contribuyen a acentuar aún más la profundidad de la roca y el aislamiento del personaje. Lo multitudinario, lo compartido y por otro lado la soledad y el desamparo. Imágenes que logran contar sin necesidad de palabras, solo las imprescindibles.