Este es el tercer documental de Tomás Lipgot (“Fortalezas 2010” y “Ricardo Becher, Recta Final 2010”), donde nos cuenta las vivencias de Moacir Dos Santos que llegó de Brasil hace casi tres décadas. Este simpático personaje no tuvo su vida color de rosa, vivió sin trabajo y por diversos excesos, fue internado con un diagnóstico de esquizofrenia paranoide en el neuropsiquiátrico Borda, donde pasó gran parte de su vida porteña. Luego tiene la suerte de conocer a Tomás Lipgot, este se encontraba trabajando en un documental, en aquel lugar comienza la historia de Moacir Dos Santos, luego sale de ese lugar y vive en una pensión en el barrio de Constitución y luego nace la preparación para grabar un disco con sus canciones, junto con el músico Sergio Pángaro. A través de la cámara vamos haciendo un recorrido por parte de su vida, donde están sus amigos y la licenciada que lo atendía en el Borda, él se siente “brasileiro y argentino”, porque hace más de 30 años que vive aquí. Lleva en su sangre la alegría de la escolas de samba, él canta y baila, se disfraza con alegres pelucas, se encuentra con compatriotas en la embajada brasileña, con los integrantes de la Escola de Samba Portela. Esta historia refleja una vez más las oportunidades que dan estas tierras, como este hombre que emigró a la Argentina, en busca de sueños, dejando atrás la pobreza para desarrollar su carrera musical, llegó a registrar en SADAIC 12 canciones de su autoría; este es un documental con un buen trabajo de cámara, sencillo, distrae y emotivo.
Este es el film del debutante Néstor Mazzini, invita al espectador a hacer un recorrido por el Barrio Lugano 1 y 2, por sus calles y monoblocks e introducirnos en una de las crisis más grandes la de diciembre 2001, una sociedad quebrada en todo sentido, con un estado prácticamente ausente, muertes en la plaza, se decretó el estado de sitio y todos sabemos cómo término lamentablemente todo. Esta historia comienza con Esteche (Roberto Lavezzari) celebrando su boda en una plaza de Villa Lugano, rodeada de sus monoblocks, todos se encuentran felices, pero en el momento del brindis este cae desmayado sobre la torta de boda, tirando todo al piso, su esposa con traje de novia (Anabella Barujel) y amigos deciden levantarlo y llevarlo con su auto al Hospital General de Agudos "P. Piñero". Pero a este lo llevan a un lugar y queda flotando en un agua tan sucia como la conciencia del traidor y muere, algo raro se siente en la atmósfera, muchas dudas, llena de rarezas, se van reflejando climas de tensión y cierta incertidumbre, pronto aparecen los rumores, la paranoia, inclinándose a un thriller psicológico surrealista. La película comienza a transformarse en un laberinto, llena de personajes oscuros y raros, sus vidas se encuentran encerradas deambulando en una gran oscuridad, son seres marginales y la incertidumbre es muy grande. La idea era buena pero tiene problemas de montaje, de fotografía y al contar con actores poco conocidos y no profesionales no logra llegar, posee escenas con pocos diálogos, por momentos rozando el documental, situaciones exigidas, resulta confusas, soporífera, queda a mitad de camino y con forzadas vueltas de tuerca.
Debo confesar que no soy seguidora de este personaje de la televisión, no tengo nada personal, alguna vez vi un solo programa completo y me fue suficiente para opinar que no me gusta, porque pienso que antes de decir “esto no es de mi agrado” hay que probarlo o verlo, ante de ver un programa de Capusotto prefiero ver otra cosa, y bueno son gustos, es un humor para otros. Fui a ver esta película en una sala donde éramos todos críticos, algunos se reían a carcajadas, un colega se encontraba muy eufórico porque en varias ocasiones golpeaba mi butaca y a las risotadas y otros la miraban como en mi caso sereno y por trabajo. En parte del desarrollo vemos al personaje de Violencia Rivas, guiando al espectador por una suerte de documental, en dónde a través de historias breves se irán contando las distintas relaciones que como seres humanos tenemos con el cine, la radio, internet, el video home y otras nuevas costumbres que llegaron con los avances tecnológicos. Llena de cuadros musicales, publicidades delirantes y otros gags habituales de la televisión, se tocan temas como: capitalismo, política, la sociedad, y que es el entretenimiento en nuestra sociedad, una de las secuencias logradas, es la masacre de Ezeiza de 1973 y la del atentado a las Torres Gemelas, también hay alguna otra, están los personajes Micky Vainilla, Bombita Rodríguez, Jesús de Laferrere, Pomelo, entre otros, hay parodias determinadas situaciones de la actualidad y de las redes sociales, y hasta del 3D. La película antes de su estreno creó ciertas expectativas a los fans, por eso indudablemente estos llenaran las salas de los cines, tiene momentos graciosos, contiene el humor ácido de Capusotto, pensado especialmente para sus seguidores, aunque no son del todo elaborados, otros bastantes escatológicos, por momentos muy repetitiva, tiene algunos baches para llegar al próximo sketch, bien incluida la música de Jorge “Tata” Arias. Recomendación: quienes no profesan este humor abstenerse.
Un thriller pueblerino referenciando al policial negro, donde el espectador reconstruye los hechos y nos conduce a un final inesperado. La historia se sitúa en un pueblo que puede ser cualquiera, en una mansión de una familia adinerada cuyos dueños son: Doña Rosa y de Don Jaime (Héctor Bidonde), se encuentra el cuerpo sin vida de la Propietaria Doña Rosa (Gigí Rua) ahora hay que averiguar el porqué de esta muerte, para esto vamos yendo y viniendo en la narración todo el tiempo para descubrir qué pasó. De esta manera se va transformando en un thriller pueblerino, se va contando que pasó unos días antes comenzando por el miércoles 6 de abril, el jefe de operativo (Gabriel Goity) va hablando con distintos personajes, dos ancianas curiosas Cora y Pola, Ramos (Mauricio Dayub), un vecino que vive con su perro, el jardinero rengo López (Pompeyo Audivert), en el interior se encuentra una maleta llena de dólares, un loro que es la mascota del hogar (que falleció unos días antes) y los espectadores intentando reconstruir también los hechos. No es una historia que estemos muy acostumbrados a ver, si bien algo similar vimos alguna vez en el teatro, acá el espectador deberá ordenar el acertijo y junto al subcomisario (Goity) saber que pasó, hay que seguir la historia de forma temporal, porque todo el tiempo vamos al pasado y al presente, a través del flashback, allí nos enteramos del romance entre el subcomisario y la fallecida. En todo momentos nos otorgan un dato más, ya desde el título del film “domingo de ramos”, fecha relacionada con la pasión, la muerte y la resurrección de Jesucristo, tiene algo de policial negro, un buen aporte tienen la fotografía y la música, con un final inesperado, contiene algunas buenas actuaciones, otras algo sobreactuadas y resulta algo molesto tanto flashback.
Este es el segundo largometraje de Alejo Taube (Una de dos, 2004), el elenco lo componen: Rafael Spregelbur, Mía Maestro, Paloma Contreras, Daniel Cúparo y Mónica Lairana. Se relatan dos vidas paralelas, un hombre de clase media alta que no puede tener hijos con su esposa y sufre la crisis de los 40, otro, un pescador de la misma edad y su novia de 17 años, quien está embarazada; en un punto dichas historias se entrecruzan. Su narración se apoya en las posiciones de la cámara, los distintos planos y en el off; aquí vemos dos hombres que viven dos vidas casi paralelas, por un lado esta Javier (Rafael Spregelburd) un empresario exitoso, de unos 40 años, casado con Micaela (Mía Maestro), solo en apariencia lo tiene todo, porque su interior está en crisis, en su relato comenzamos a conocer un poco más, constantemente sueña con otra vida y con ser otro muy diferente. Ellos viajan a Mar del Plata mientras pasean por el puerto, (donde la cámara va mostrando detenidamente este recorrido), Micaela se saca una foto y de fondo una embarcación con pescadores, donde allí esta Fernando, su apodo “Biguá” (Rafael Spregelburd), este seudónimo no es casual, esta es un ave solitaria, vuela a ras del agua y de vez en cuando con la punta de las alas toca la superficie, él es un pescador y mecánico, quien pasa parte de su vida en alta mar y que está pensando en casarse con su joven y dulce novia Milena (Paloma Contreras), porque esta se encuentra embarazada y su familia aún desconoce la noticia. Pero un día sucede algo, esta situación es como volver a nacer, el destino cambia, surge algo mágico y misterioso, juega un rol importante la vida, la paternidad y la muerte, el deseo puede ser posible y los miedos desaparecen, buena fotografía de Diego Poleri (El árbol, Encarnación, Judíos por elección, entre otras) y la música acompaña dando los climas apropiados, su narración resulta algo filosófica y ambigua, para algunos espectadores el relato puede llegar a ser algo confuso; su ritmo se va tornando lento, no logra emocionar, ni la fuerza, en la mitad de la historia cae y no llega.
No me gusta hacer comparaciones, pero a veces podemos hacer una referencia, y comentar cuando Woody Allen tenía 31 años de edad estrenaba “What's up, Tiger Lily?” o “Lily, la Tigresa”; tal vez quien siga sus pasos sea el actor de cine, teatro y televisión Daniel Hendler, uruguayo que desarrolló gran parte de su carrera en Argentina, (donde vive). Cuenta con una importante filmografía como: “El fondo del mar”, “Los suicidas”, “Los paranoicos”, “Mi primera boda”, “El abrazo partido”, entre otras; y a los 34 años de edad debuta como guionista y director con esta película “Norberto apenas tarde”; y su lugar ahora es estar detrás de cámara. Cuando veo el personaje del protagonista de esta historia Norberto (Fernando Amaral), muchas de las situaciones resultan familiares a los personajes compuestos por Hendler; este hombre es despedido de su empleo e intenta probar suerte como vendedor en la inmobiliaria “Castiglia Propiedades” trabaja sin sueldo solo a comisión, su nuevo jefe es Javier (César Troncoso) le recomienda un curso de autoayuda para resolver su extrema timidez, de esta forma puede vender más. Este hombre vive fuera de tiempo, tarda en todo hasta en contarle a su mujer Silvia (Eugenia Guerty) la pérdida de su empleo, aunque con su esposa habla muy poco y tal punto son sus demoras que deja en la guantera de su auto un frasco para una análisis para realizar un espermograma; aunque esto en psicología está dando la pauta de algo. Una noche sale con su esposa y amigos para ir al cine como se quedaron sin entradas, deciden ir a ver una obra de teatro, en el intervalo quienes lo acompañaban deciden irse, pero él decide quedarse hasta el final porque algo lo moviliza. Es cuando decide estudiar actuación en un taller de principiantes, toma clases de teatro con Rafa (Roberto Suárez), de esta forma podrá vencer su timidez, comenzar a sentirse valorado, admirado e integrarse un espacio que nunca conoció. Y sacar un poco todo lo que de alguna forma u otro todo ser humano tiene escondido. Es cuando comienza a sentirse movilizado, su personalidad cambia, comienza a salir otro Norberto cuando intenta ayudar a la pareja de Berta (Nelly Notari) y Aldo (Juan Carlos Urta) quiere festejar sus 60 años de casados y necesitan otro departamento. La historia es cotidiana le puede pasar a cualquiera, su fotografía es prolija, la cámara trabaja mucho con los gestos y lo expresivo, habla de un hombre de unos treinta y pico, que se encuentra en una crisis laboral y social. Aquí se le rinde un homenaje al teatro no es casual que en su narración este presente parte del texto de “La gaviota” de Anton Chejov (tragedia amorosa de seres a la deriva, acosados por la decadencia y un tiempo que se va); pero a pesar de todo cae en situaciones reiterativas, su ritmo es desparejo, planos largos y logra entretener a media.
Narra la vida de un importante empresario de los medios de comunicación, este es Patricio Podestá (Carlos Belloso), dueño de grandes ideas, todo lo que él toca se transforma en éxito, podríamos decir que es el “gran capo” de la televisión y está rodeado de personas que los acusan de haberle robado ideas. Pero su vida personal no es nada fácil, se encuentra obsesionado con la seguridad, porque a medida que corran los minutos, sabemos que en un momento de su vida sufrió un importante ataque, hecho que dejo grandes secuelas psicológicas. Se siente perseguido por todo hasta de la co-conductora de un programa de chimentos como por Carlos Rozzi “Charlie Mad”, es el personaje que compone Antonio Birabent un ser desquiciado que es como el otro yo del conductor. Ahora está siendo víctima de ataques de pánico, paranoia y tiene ciertos brotes sicóticos, tan fuerte es esta situación que decide comprar una propiedad con un sistema impenetrable tanto como las “Pirámides de Egipto”, esta empresa de seguridad le ofrece la más alta tecnología del siglo 21, este refugio sería como la casa inteligente del futuro. Este lugar resulta ser un bunker superseguro, siente que debe protegerse ante tantas amenazas, pero él se encuentra perturbado, obsesionado y con miedos, pero a sentir el encierro y todo se torna claustrofóbico, es cuando surgen los fantasmas del pasado, una vida oscura y turbia. El director intenta mezclar el thriller psicológico, terror y la sátira, el actor Carlos Belloso tiene un gran profesionalismo, aquí realiza casi un unipersonal y en el cual intensa sacar a flote, solo eso; para que su contenido llegue bien al público es bastante complejo, uno de los problemas es como está contada y el desarrollo de la misma, cae en la exageración, no cuenta con un guión solido, ni dirección de arte, ni nada; lástima porque los primeros minutos no eran malos pero lamentablemente termina siendo un film fallido. Espero que los próximos estrenos del cine nacional sean mejores.
Podríamos decir que todos quedamos marcados con la peor época, la del proceso, que sufrió y aún sufre La Argentina, heridas que no cierran, y sobre este tema se realizaron muchas películas como: “La historia oficial”, “La noche de los lápices”, “Garage Olimpo”, entre otras, y esta es una forma de seguir manteniendo viva la memoria. El problema está a veces en cómo se narra una historia, en este caso vemos la vida de Gonzalo (Eugenio Roig) su memoria continua intacta, no olvida lo que vivió siendo un niño, ahora es escritor, fue criado por sus tíos en España, sus padres fueron torturados y asesinados durante el golpe militar y ahora decide volver a su país para darle un final a la novela que habla sobre ellos. En apariencia esta sería la forma de cerrar heridas del pasado y darle un final a esto; pero aquí notamos un flojo guión; se hospeda en la casa de unos parientes de Sonia (Katja Alemann), que vive con su esposo e hija, o casualidad una de las casas más cercanas es la del asesino de sus padres, un ex comisario Cadrinelli (Arturo Bonin) de pocas palabras, que vive con su esposa Chiche (Beatriz Spelzini) y su hija atractiva Marta (Victoria Almeida), este es otro de los puntos evidentes, ¿con quién va a involucrarse sentimentalmente?, y con Marta. En algunas secuencias vemos a este ex comisario, vinculado en fotografías con Videla; una esposa sumisa y sufrida; y cada vez se hace más intensa la idea de tomar venganza del asesino de sus padres; por otro lado en el lugar se ven animales muertos a tiros y un vecino del lugar Bob (Raúl Techaren), le manifiesta su preocupación por la situación a Gonzalo. De los diálogos entre Gonzalo y Marta, surge otra sospecha que ella puede ser hija de desaparecidos, y es cuando Marta decide viajar a Buenos Aires para investigar, allí se reúne con Estela de Carlotto; quien hace una aparición en el rol de abuela de Plaza de Mayo, a cargo de la institución “Hijos”. La historia queda a mitad de camino, aborda muchos temas y situaciones, tiene algo de western, esta la tragedia al estilo Shakesperiano, (en algún momento se lo señala a Shakespeare), no termina siendo creíble, es previsible, algunas actuaciones destacables y otras poco aprovechadas, se luce la fotografía de Juan Carlos Lenardi (Años rebeldes; Eva Perón; El caso María Soledad; Dios los cría; entre otras) y es una pena que con esta película argentina terminemos este año.
En varias secuencias la cámara es el único testigo y con diferentes planos los entrevistados nos van relatando que es ser judío y porque lo eligieron; muchos son los casos: Silvia se caso con un hombre de origen judío y tuvieron una hija judío cristiana; Uriel nació en Argentina, su familia se mudo a los Estados Unidos, estuvo casado, tiene 2 hijos y 7 nietos, siempre trabajó pero necesitaba algo mas, buscó por diferentes religiones hasta que conoció el judaísmo y le agradó; otro de los relatos es el de una joven que quiere cortar con sus raíces, ella debe hacerle entender a su padre porque eligió el judaísmo; y continúan de esta forma varios relatos. Estos distintos personajes que vamos viendo residen en Argentina e Israel, el relato intenta aclarar una serie de interrogantes que van surgiendo de los amigos, de los familiares y de ellos mismo que decidieron adoptar esta religión y también como forma de vida. A través de los distintos relatos se va reflexionando sobre las diferentes razones que llevan a estas personas al cambio y los obstáculos que encuentran en una religión cuya corriente ortodoxa prohíbe la conversión en nuestro país desde 1920. Su relato quizás intente introducir una polémica, pero se vuelve reiterativa, le falta profundizar sobre el tema, muchos diálogos no son entendibles para aquellas personas que no tienen conocimientos sobre el tema, nos es muy didáctica, le falta ritmo, emoción y humor.
Tiene una vida intensa: vivió en Francia 30 años, tiene editado más de 30 discos y recorrió todo el continente europeo con el tango, Cedrón decide regresar a la Argentina en busca de lo que perdió pero nunca olvidó. Aquí visita a sus amigos y familiares y se siente renovado, (en esta imágenes recordé algunas actitudes de Gustavo Santaolalla en cada momento que se encuentra con su gente y con su país); “Tata” disfruta tocando en una verdulería amiga en Villa del Parque entre cajones de verduras, la nostalgia están en las calles, en el Bar “el modelo” en Boedo, en Saavedra lugar donde nació en 1939, en la localidad de San Martin donde lo vemos almorzando en una fábrica recuperada por los trabajadores, en los Festejos del Bicentenario cuanto toco para millones de personas y en tantos otros lugares. La cámara lo acompaña sutilmente su recorrido, se entrelazan los relatos biográficos y musicales, imágenes y fotos, donde se presenta la historia de toda una generación de artistas con los que compartió tantos momentos y proyectos. Donde cada uno de estos artistas habla entrañablemente de Tata Cedrón de la pasión por la música, de su estilo de cantar, de frasear, contando sus vivencias y sus anécdotas. Y fue declarado Ciudadano Ilustre, en una ceremonia conmovedora. El documental contiene sensibilidad, melancolía, frescura, las vivencias y no pretende analizar a este personaje, sino que va descubriendo a través de sus relatos parte de su vida y de su obra, hay ciento de personajes, de historias y de recuerdos. Actualmente vive en Argentina, aunque viaja regularmente a Europa, allí tiene a su hijo, nietos y amigos, y continúa manteniendo su obra.