Una cinta de animación en Stop Motion para adultos. Un film audaz, emocionante, valiente, bien musicalizada, con una gran estética que dejará a más de un espectador con la boca abierta. Tal vez algunas escenas se podrían haber evitado y hacerlas mas sugeridas.
El personaje principal elegido para esta ocasión resulta algo trillado ya que vimos: “Magic” (1978) de Richard Attenborough, “Chucky” (varias), y “Annabelle”, entre otras. Se desarrolla en una casa bien siniestra, con toques góticos, algún sobresalto y buena fotografía. Las actuaciones no son del todo convincentes, sin sorpresa e ideal para las nuevas generaciones.
Se encuentra muy bien narrada y las actuaciones son extraordinarias de las dos actrices protagonistas Cate Blanchett y Rooney Mara (es un deleite verlas en cada gesto, expresión y movimientos en escena). Resulta una gran historia de amor y deseo, en épocas que no está bien visto el amor entre personas del mismo sexo. Tiene muy buen ritmo y todos los elementos técnicos son los apropiados.Nominada a: Mejor actriz, Mejor actriz de reparto, Mejor banda sonora original, Mejor guión adaptado, Mejor fotografía, Mejor diseño de vestuario.
Es una comedia divertida amena, bien a la italiana y para tomar un poco de aire fresco que sirve a veces para calmar algunas pálidas de la vida. Infaltable los vínculos familiares, una hija Bianca (Ilaria Spada) y el yerno Gianni (Edoardo Pesce), las esperanzas están puesta en el hijo varón Andrea y los castillos se derrumban. Una compañera de trabajo enfermera Rosa (Giuseppina Cervizi). Buenos diálogos sobre ciencia-religión y el egoísmo, entre otros temas. Un jugoso duelo actoral entre Giallini (Por otros trabajos ha ganado 5 Premios y 8 nominaciones) y Alessandro Gassman (“Transportador 2”. Actor y director italiano. Es hijo de Vittorio Gassman). Entretenida, con enredos a la italiana, está presente la hipocresía y contiene una fuerte crítica a la sociedad y acompaña bien la música de Carlo Virzì (“El capital humano”).
Por lo general el cine israelí nos viene entregando buenas propuestas. Nos introducimos en los problemas sociales y culturales, sin golpes bajos transitando por distintas etapas y acá se encuentra una vez más el conflicto en el amor en este caso de dos adolescentes. Interesantes algunas actuaciones, otras no tanto, se van incorporando buenos climas, una solida banda sonora y algunas dosis de humor. Recuerdo una de las tantas historias similares, joyita de origen francés "El otro hijo" sobre un cambio de bebés, uno judío, el otro palestino.
Quizás resulte atractiva para los seguidores del género o para quienes amen u odien la novela de “50 sombras de Gray”. Los chistes que se realizan no resultan muy graciosos y es todo muy obvio. Y cuando uno sale de la sala se pregunta ¿para qué?
Muestra toda una época y nos introduce en el mundo del punk-rock, entre testimonios, grabaciones e imágenes de archivo, entre otras. Es didáctica y guía a aquellos que gusten del género.
Uno de los mayores atractivos son los platos, comidas exóticas, se ven exquisitas, buenas locaciones y la presencia del buen actor Copper (“El francotirador”) quien intenta remontar la historia, que en parte ya hemos visto “Sin reservas” (2007) con Catherine Zeta-Jones y Aaron Eckhart; “El Chef” (2012); "Chef: La receta de la felicidad" (2014); entre otras. Quien tiene algunos conflictos y poco de acción. El tema esta trillado, y resulta monótona, para pasar el rato.
Nos encontramos frente a una de las mejores películas del año. Basada en una historia real, relatando la odisea que vivió Hugh Glass para sobrevivir y quien le da vida a este personaje es Leonardo DiCaprio (41) de excelente actuación, se luce en cada gesto, mirada y situación (físico y emocional) y esta vez seriamente se merece más que nunca ser galardonado con el Premio Oscar. Impresionante el trabajo de cámara del gran cineasta Alejandro González Iñárritu (filma de maravilla), donde hace lucir a su protagonista en un terrible ataque que le produce un oso grizzly, el encuentro con la tribu de Arikara, saltar al precipicio, se arrastrar por las heridas, nada en ríos congelados, subsiste a temperaturas bajo cero encontrándose desnudo, hasta habla en otras lenguas, transmite sus emociones, miedos, la tristeza, el dolor y desdicha. Los fantasmas del pasado se ven a través del flashback. Otro de los personajes secundarios: el capitán Andrew Henry (el irlandés Domhnall Gleeson), el villano John Fitzgerald (Tom Hardy, otra gran actuación y una vez más se destaca). Estupenda ambientación en escenarios naturales. Acompaña a la perfección la música a cargo de Ryuichi Sakamoto (“Babel”, “El último emperador”). Se filmó en Canadá y dos semanas en la Provincia de Tierra del Fuego (Argentina) porque la producción necesitaba capturar las condiciones invernales para terminar el filme.
Comienza como un thriller inquietante con la presencia que suele rendir de dos buenos actores: Sir Anthony Hopkins (ganador de un Premio Oscar, "El silencio de los inocentes" 1991) que puede hacer lo que quiera y Colin Farrell ganador de un Globo de oro por "Escondidos en Brujas",( 2008) por lo general realiza personajes a su medida. Además acompaña un gran elenco: Jeffrey Dean Morgan ("Batman v Superman: El origen de la justicia") y Abbie Cornish (“RoboCop”). Marley Shelton ("Sin City: Ciudad del pecado Sin City: Ciudad del pecado"), Xander Berkeley (Taken), Matt Gerald (“Avatar”, “Terremoto: La falla de San Andrés"). Contiene buen ritmo, suspenso, dramatismo y tensión. Entretiene. Cerca del final cae un poco y pierde la sorpresa.