Steve Jobs

Crítica de Leonardo M. D’Espósito - Revista Noticias

Danny Boyle es un experto en vértigo. Puede incluso hacer una película vertiginosa con un señor atrapado entre dos piedras que se corta un brazo para salir (¿recuerdan?). Aquí, además, tiene la vida de un hombre que le puso velocidad a la vida cotidiana. Y además, los diálogos de Aaron Sorkin, quizás el máximo cronista americano del último cuarto de siglo -de su pluma vienen la serie The West Wing y películas como Cuestión de honor o La red social. Todo es brillante y cargado de fuerza: Boyle intenta que la pantalla refleje en contraste lo que sucede en un cerebro que no se detiene, interpretado entre la frialdad y el estallido por Michael Fassbender. La película marcha y nos convence de que tuvimos la suerte de convivir con un genio. Y también que el genio, muchas veces, se coloca por encima de la moral o la empatía para lograr algo glorioso. El excelente reparto parece convencido de tal idea, y el realizador, sin subrayarla, deja que fluya y nos mantenga en suspenso no hasta el último plano sino hasta después de dejar el cine. Nada más interesante que el misterio del genio.