Él me nombró Malala

Crítica de Leonardo M. D’Espósito - Revista Noticias

Este documental narra la historia de Malala Youzafai, la chica de quince años atacada por el Talibán en Pakistán y que, además, se convirtió en portavoz de lo que sucede con la educación de las mujeres (y no solo la educación) en ese país bajo aquel régimen. Como el universo sabe, Malala terminó recibiendo por su activismo el premio Nobel de la Paz. Pues bien: el documental es preciso en cuanto a la descripción de situaciones y mantiene al personaje en el centro de la escena. Por otro lado, logra eludir en gran medida -no siempre, todo hay que reconocerlo- el patetismo o la declamación para permitir que el paisaje humano surja solo. En algunos momentos, cede a la tentación de la bajada de línea y esto, aún cuando es justísimo desde lo político, no lo es tanto desde lo cinematográfico. Pero el personaje es por sí solo tan interesante que estas pequeñas fallas pasan a veces inadvertidas, y el peso emocional de lo que se cuenta permite que sigamos con interés -aún cuando al film le sobran algunos minutos- su derrotero. Más aun, y esta es la mayor virtud de la película, logramos comprenderla y también a su entorno.