Una comedia bastante lunática No por poco conocido el cine irlandés es una cuenta pendiente para nuestro público. Sino, quién de los cinéfilos puede ignorar filmes de la calidad de Michal Collins, "Las cenizas de Angela" o "En el nombre del padre", donde temas como la injusticia, la inmigración y el alcoholismo o el IRA tomaban luz y color. Y por supuesto "The Committments" de Alan Parker con los sueños de crear una banda soul y aquellas impactantes palabras: Los irlandeses son los negros de Europa. Todo esto a propósito del estreno de esta excéntrica comedia con muy buenos actores. El tema de "Cuatro muertos..." acumula una sucesión de desgracias que le pasan al pobre Mark, un actor desempleado. Ni los directores parecen ocuparse de él (nada menos que Neil Jordan, el de "El juego de las lágrimas" le hace una prueba y nada), ni su noviazgo con Sally parece progresar, mientras la falta de recursos lo obsesione y su casero lo amenace con desalojarlo. Sólo su mejor amigo Pierce permanece a su lado con la historia de esa película que los va a hacer famosos y les permitirá pagar alquileres y viajar por el mundo. ELEMENTOS FARSESCOS Así Mark, acosado por novia, perro, hermano discapacitado y directores indiferentes, piensa que nunca va a estar peor que en ese momento. Como tampoco tiene el don de la adivinación, ignora que lo peor está por venir. Y lo peor será la muerte de los distintos personajes que lo rodean, de la manera más insólita. La película, con un título que nada tiene que ver con el real y aprovecha el éxito de uno anterior, no pretende más que hacer pasar un rato agradable con una sucesión de hechos, donde la muerte mete la cola y complica una situación de por sí desgraciada. Con elementos farsescos, cierto mutismo chaplinesco y mucho de la línea de comedia inglesa que consagró al recordado Alec Guiness ("El hombre del traje blanco") muestra como elemento destacado la excelente escuela interpretativa de la dupla Dylan Moran-Mark Doherty y la cuidada dirección de Ian Fitzgibbon, el DC Jones de la exitosa serie televisiva "Prime Suspect", sin olvidar Los crímenes de Midsomer. "Cuatro muertos y ningún entierro" es una comedia lunática, de fácil risa, poco presupuesto y con algo de experimental en la cámara.
Construir una nueva identidad A los testimonios se suman fotografías de la época, fragmentos de la Torah entre historia e historia y una triste música plena de añoranza que, con discreción, interviene cautamente en los relatos. Al comienzo de este documental, su directora Matilde Michanie dice: "El judaísmo no es proselitista, no busca adeptos". Visualizar este largo camino a través de una serie de testimonios, conocer paulatinamente las historias individuales, que están detrás de estos buscadores de identidad, es una aventura digna de ser conocida. Serán diferentes las experiencias y las motivaciones. Serán hombres, mujeres, jóvenes de distinta edad y condición social que continúan caminos de espiritualidad en compañía, en soledad, en diferentes países, pero siempre con la misma intensidad. Silvia vivirá su descubrimiento en profundidad, adentrándose en lo más profundo de la ortodoxia judía, la de los treinta y nueve trabajos que deben ser respetados. Adar, sin ninguna ascendencia judía, hablará en Israel de sus ya once años en proceso de conversión. También estarán las parejas como Josef y Batia en Israel, o Marcelo y Lorena en Buenos Aires, que basarán en valores bíblicos sus búsquedas espirituales. Habrá descreídos iniciales, ex seminaristas salesianos y también representantes de movimientos ortodoxos, Masori o reformistas que se referirán a sus definiciones al considerar judío sólo al hijo de madre judía. UN UNICO DIOS Pasando por una breve alusión a la inmigración judía en nuestro país entre 1880 y 1930, al crecimiento de los matrimonios mixtos, se hace alusión a la prohibición, en l920, de la conversión al judaísmo ""hasta la eternidad"", prohibición que algunos ortodoxos consideran válidas hasta el día de hoy. A los testimonios se suman fotografías de la época, fragmentos de la Torah entre historia e historia y una triste música plena de añoranza que, con discreción, interviene cautamente en los relatos. Estilos de vida, modos de espiritualidad, ratificaciones por tribunales religiosos, circuncisiones, bautismos. Todas los detalles se engloban en el filme de la directora de "Licencia Número Uno", de cuidada investigación, para concluir en la aceptación de un Unico Dios, en los nuevos nombres de su lograda identidad, en las seiscientas trece leyes, en aceptar que el judaísmo es un estilo de vida y la Torah, como simplifica uno de los entrevistados, "algo que engloba el concepto de que, lo que no se quiera para uno, no lo hagas a tu prójimo". Impecables los rubros técnicos, bella y austera la música.
La eterna fascinación del mar La descripción de los personajes en la cantina portuaria y en la barcaza, no logran remontar en cuanto a profundidad, aunque la verosimilitud es mayor en el segundo de los casos. La acción de "La campana" tiene lugar en el puerto de Mar del Plata, entre una población pescadora. El capitán de una humilde barcaza, antes de morir, encarga su hija adolescente a uno de sus compañeros, Juan, que terminará enamorándose de ella. La película transcurre durante la época de Malvinas y alude a una leyenda que circula por la zona y que habla de la existencia de una suerte de campana que atrapa al marino y lo retiene varado en el mar por años, sin que la víctima tenga conciencia de lo ocurrido. "La campana" incursiona dentro de lo fantástico, luego de un planteamiento realista que describe (en superficie), el ambiente pescador, su gente y las reacciones ante la convocatoria de la guerra de Malvinas (1982), contienda que se lleva, reclutado, a uno de sus marinos más jóvenes. LOGRADOS CLIMAS Opera prima de Freddy Torres, guionista del "El Nüremberg Argentino", formado en la Escuela de Imagen y Sonido de la Uba, el joven realizador se maneja bien en la narración visual, logra ciertos climas vinculados a la relación "mar-individuo" y apoyado por una excelente fotografía (Federico Gómez) entrega una bella visión del puerto de Mar del Plata. La descripción de los personajes en la cantina portuaria y en la barcaza, no logran remontar en cuanto a profundidad, aunque la verosimilitud es mayor en el segundo de los casos. La música de Alejandro Kauderer, acertada en ciertos momentos, grandilocuente en otros, peca de invasiva y subraya excesivamente determinadas secuencias cinematográficas. Hay buenas interpretaciones del protagonista, Jorge Nolasco, la joven debutante Rocío Pavón, María Fernanda Callejón en el personaje de la prostituta y Juan West como Lucho. Con la participación especial de Lito Cruz, en un veterano "lobo de mar" y Mónica Ayos en el papel de Rocío Pavón adulta. Algunos pasajes de más, atribuibles a problemas propios de realizadores debutantes y ciertas sobreactuaciones, no impiden que este "melodrama fantástico" alcance cierto atractivo. Es interesante la dirección de arte de Aldo Guglielmone.
El regreso de un felino seductor Desde las épocas de los libros de cuentos elegantes y atractivos, hasta su reaparición en series japonesas como Pokemon o Shrek, nuestro Gato "embotado" conserva el encanto de lo fantástico, su espíritu de libertad y esa mezcla de picardía y espíritu protector que lo destaca Los tiempos cambian. Frente a quien esto escribe, dos viejas figuritas. De ésas que las chicas se intercambiaban en tiempos pasados. Son las llamadas "de cuentos" y reproducen narraciones de distintas épocas. En ella, un elegante gato erguido en sus dos patas, con gorguera alrededor del cuello y botas de terciopelo marrón, baja la cabeza en actitud respetuosa frente a un rey que lo bendice. En la otra, con el sombrero en la mano, no sólo está el gato con el rey, sino su amo, al que él convirtiera en Marqués de Carabassa. FANFARRON Y TIMIDO Este Gato, al que Perrault en el siglo XVII, le dio nueva vida tomándolo de la tradición popular, transformó su seriedad, pero mantuvo su picardía. Ya se veía como personaje principal en la "Shrek II", donde uno moría antes sus sorpresivos cambios de carácter, de fanfarrón a tímido, de ladino a inocente con ojos inmensos, donde lo negro abarcaba toda la órbita y nos hacía creer, con sus ronroneos en cualquier barbaridad. En la película de Chris Miller, el disparate es la norma, lo desorbitado el código y la máxima libertad la consigna. No sólo "Gato con botas" exhibe su espíritu aventurero y quijotesco, aparece el huevo parlante Humpty Dumpty, popularizado por Alicia, la del Pais de las Maravillas, salido de rimas infantiles inglesas. El es un viejo compañero del Gato, de no muy buena fama, seductor y tramposo. También hay una historia relacionada con el Cuento de Mamá Oca y sus huevos mágicos, y hasta el de las Habichuelas Maravillosas, todo para salvar el pueblo, donde nuestro gato nació. Locura, desparpajo, fantasías, memorables escenas de flamenco con el Gato y la Gatunería en acción y hasta la aparición de la Gata Kitty, que lo deslumbra. OTROS PERSONAJES Gato espadachín, Gato hijo en apuros, Gato amigo de los amigos y hasta nuevos personajes de otros cuentos, como Jack y Jill, algo así como Hansel y Gretel, pero malos, muy malos y con pinta de tiroleses. Hay Ogros, Vuelos en Oca, búsqueda del tesoro y un humor constante. Película para chicos que pueden ver y divertir a los grandes, "Gato con botas" tiene aventuras interesantes, escenas paródicas de baile y canto y acción, mucha acción. Una sucesión de felinos de distintas especies, las voces de conocidos actores doblando los personajes, especialmente la de Antonio Banderas cuyo seseo y fanfarronería convierten al felino en seductor y divertido. Desde las épocas de los libros de cuentos elegantes y atractivos, hasta su reaparición en series japonesas como Pokemon o Shrek, nuestro Gato "embotado" conserva el encanto de lo fantástico, su espíritu de libertad y esa mezcla de picardía y espíritu protector que lo destaca. Atención! que en el film hay otro gato, casi un cameo de gato, sólo hace un grrr..., pero puede tener protagonismo en el futuro. Impecable la realización y los efectos especiales, un filme imperdible.
Una crisis de pareja y las intermitencias del corazón Una pareja de gente linda, elegante, que vive en Nueva York. Los dos tienen buenos trabajos, diríamos que son exitosos, pero hay una materia que les cuesta aprobar: la de la convivencia, la de compartir la afectividad y equilibrar los deseos o las pasiones. El filme trata sobre esta gente: Michael y Joanna que entran en crisis ante la aparición de una diseñadora, colega del marido, seductora y mona. Esta aparición puede traer complicaciones. Más cuando Joanna encuentre por la calle a una ex pareja, Alex. No es el mejor momento o quizás por serlo pasa lo que pasa. SESGO ELEGANTE La película está dirigida por una iraní-norteamericana, de poco más de treinta años, Massy Tadjedin, que por ahora está más cerca de su educación en Harvard, que de su infancia en Teherán. "La última noche" se revela bastante norteamericana en la concepción, aunque hay cierta introspección que orienta hacia profundidades intelectuales. Mucho diálogo, poca acción, la mayoría se desarrolla en interiores y hay cierto personajes que recuerdan a los de "Closer", aquélla película de Mike Nichols. Elegante en su diseño, la película pone en tela de juicio la estructura de la pareja como tal, sus emociones, las tentaciones que los asaltan, los celos que no terminan de controlar. Esta producción atrae por la temática (aunque desilusiona un tanto el desarrollo argumental ) y las muy buenas actuaciones. Como por ejemplo Keira Knightley, la chica de "Expiación" y "Orgullo y prejuicio", la tropical Eva Mendes, no tan tropical aquí, quizás por lo insípido que se muestra Sam Worthington ("Avatar") y el sorprendente y atractivo Guillaume Canet, aquel jovencito que hacia sus primeras armas en la ruta de "Los que me aman tomarán el tren", su dúo con la Knightley funciona a pleno. Tiene belleza la producción formal, el tono general y la música. Habrá que ver alguna otra producción de esta directora de difícil apellido para comprobar si lo que promete, se da y por supuesto, ver más filmes con la Knightley y este señor Guillaume Canet.
Interrogantes de un hombre solo La película exhibe cierta precariedad formal, pero también algunos hallazgos ligados más al tono de las atmósferas y el manejo de actores, especialmente la selección de "mujeres fuertes". Un hombre al borde de los cuarenta piensa cuál sería la persona que elegiría para que acudiera si fuera víctima de un accidente. Se obliga a rebobinar hechos: su fracasado matrimonio y sus problemáticas relaciones afectivas, una y otra vez lo llevan al análisis de su posición en la vida. Ex marido, padre de un chico, hijo de un matrimonio cuya felicidad cuestiona, amigo de amigos a los que no se entrega, el protagonista de esta radiografía individual deambula por la gran ciudad buscándose a sí mismo. LOS CLIMAS El director Martín Viaggio intenta construir una suerte de road-movie espiritual, con ciertas temáticas del cine setentista, que recuerdan pasajes de filmes de Rodolfo Kuhn, o Néstor Paternostro. Ni los diálogos, ni las acciones logran transmitir la profundidad de una verdadera crisis existencial. ¿A quién llamarías?, oscila, como su protagonista, sin compromisos profundos, entre lo que el hombre quiso ser y no fue y sus búsquedas erráticas, casi en círculo, luego de una época en que el exterior se le apareció como una posibilidad. La película exhibe cierta precariedad formal, pero también algunos hallazgos ligados más al tono de las atmósferas y el manejo de actores, especialmente la selección de "mujeres fuertes". Es correcto el protagónico a cargo del actor uruguayo Roberto Birindelli, junto a Iván Ezquerre. Destacables las actuaciones de Carla Pandolfi y Bárbara Merlo.
La realidad del abuso infantil Bárbara tiene diez años y vive con su madre y su abuelo. Su comportamiento en la escuela está cambiando. Se la ve triste, ensimismada y en momentos violentos, no controla sus esfínteres. La maestra y luego la psicóloga comienzan a sospechar que algo está pasando. El entorno familiar, representado por la madre y el abuelo, no parece reaccionar. Las citaciones para que la mujer aparezca, tropiezan con su sistemática excusa de estar ocupada con su trabajo en la librería. Los dibujos de Bárbara revelan la verdad, la mala verdad. Y ante la evidencia y la advertencia de la maestra y la psicóloga a las autoridades del colegio, la respuesta del director las desarma: "no tenemos pruebas. En estos casos, lo mejor es preservar la familia". El tema del abuso infantil ha sido muy pocas veces tratado por el cine argentino. Tomando cifras como las seis millones de víctimas anuales que se registran a nivel mundial y las ochenta mil muertes que provoca el maltrato a los niños, más el número estadístico siempre en aumento, la difusión del problema se convierte en necesidad social. Los recientes casos registrados en la Argentina (caso Candela, el de Tomás, de la ciudad de Lincoln) se suman a los lamentablemente irresueltos a pesar de los años transcurridos, es el caso de Lucila Yaconis y Jimena Hernández (1988), esta última abusada y muerta en el mismo colegio al que asistía. RECURSOS AUSTEROS "La mala verdad" es austera en sus recursos, muestra un particular cuidado en su exposición, que podría haber caído en el mal gusto y el melodramatismo. Todo parece como asordinado en el entorno familiar a través del equívoco abuelo (Alberto de Mendoza). Una indagadora fotografía de primeros planos y planos detalle, en rostros, en la casa, suerte de jaula lejana al sonido y la exteriorización de sentimientos. Se habla en voz baja, como si hubiera un enfermo, la madre parece amordazada sojuzgada por un padre autoritario y desvalorizador permanente. La madre de Bárbara, trae a su novio a ese lugar, trabaja en la librería del viejo y parece temerosa de alzar la voz y decir algo que lo moleste. El colegio bullicioso y feliz, el lugar donde se descubre la realidad oculta, parece incorporar esa idea con la luz permanente, el color y el sonido. Un equipo de primera línea donde todos se lucen en sus personajes, el reaparecido Alberto de Mendoza, Malena Solda, pura energía que denuncia, Analía Couceyro, casi un animal asustado, Cecilia Rosetto, en un breve y logrado papel, como el de Norman Briski y otra revelación infantil, que se suma a los notables trabajos con niños de las últimas películas argentinas, Ailén Guerrero.
Imágenes de una Navidad global El filme nos muestra el "backstage" de la entrega de los regalos de Navidad en todo el mundo por Santa Claus. El vive en el Polo Norte, con miles de pequeños duendes, que se ocupan de envolver los juguetes y llevarlos a su destino, siguiendo un complicado mapa de direcciones de los chicos de todo el mundo. Santa forma parte de la familia Claus. Una serie de cuadros en la casa muestran distintas generaciones desde la época de San Nicolás. Al frente de la operación está Steve, el hijo mayor de Santa, que dirige la gran base espacial, donde trabajan miles de elfos y en la que también viven Santa, su señora Evie, el abuelo, jubilado ya en su condición de Santa Claus y el pequeño Arthur, algo distraído y poco amante de la tecnología como el abuelo, pero muy preocupado por la misión que les fue encomendada. Arthur se ocupa de recibir las cartas de todos los niños del mundo, que piden cosas para Navidad y entablar con ellos una cálida relación epistolar. Porque Arthur es puro corazón y responsabilidad. CARTA OLVIDADA Por eso, cuando queda una carta olvidada con su pedido, Arthur se enloquece, la autora de la carta es una nena de Nueva Zelandia, de la ciudad de Trelew y Arthur decide llevar el regalo, sea como sea. Su abuelo, disconforme con tanta tecnología y trineo reemplazado por nave espacial, saca su viejo transporte, apronta los renos y le agrega su viejo animal, retirado en antiguos establos y fiel compañero en otras épocas. El abuelo se embarca en tamaña aventura para demostrar a la familia que un carromato desvencijado y un anciano es capaz de cumplir su misión tan bien como la moderna nave espacial que se ocupa ahora de las entregas. La producción de Sony Pictures Animatorn se ensambló con la prestigiosa firma inglesa Aardman, conocida por su diseño de filmes con stop motion ("Pollitos en fuga", "Wallace & Gromitt"). Más allá de lo impecable de su técnica, de las bellas imágenes generadas por computadora en 3D, y su logrado diseño de producción, "Operación regalo" reúne generaciones familiares y tecnológicas, que luchan cada cual a su manera para concretar el espíritu de la Navidad. Viejos con energía, niños ansiosos por cumplir y ayudar, firmes creyentes de la Navidad. Más allá de alguna "gaffe" que asocia México con la Argentina, la película de Sarah Smith reúne los ingredientes de una divertida comedia familiar. Personajes simpáticos y creíbles, los Claus pueden ser los Morgan de Inglaterra, los López de la Argentina, o los Alonso de España y a ellos les agrega hermanos distintos, diferencias entre el abuelo y su hijo, ciertas depresiones por el retiro laboral y el espíritu de las Fiestas. Un filme para disfrutar.
La mujer que es capaz de transformarse en ejemplo Kate tiene todas las condiciones para ser una exitosa profesional y una eficiente madre, esposa y ama de casa. Por un lado, sabe manejarse dentro de una firma internacional dedicada a la asesoría financiera. Por otro, tiene un marido arquitecto encantador al que ama, chicos sanos y una casa moderna que no le da demasiado trabajo. Kate tiene una "partenaire laboral", Momo, tan eficiente como joven y linda, que concentra un cerebro digital y una aversión a las relaciones estables y a los niños. Su vida trata de conciliar casa y trabajo hasta el momento en que se le presenta la concreción de su sueño laboral. La firma le encomienda una importante misión en Nueva York, donde conoce a un ejecutivo que la hace tambalear. Es algo así como un paternal y maduro buen mozo, inteligente, tierno, viudo, hábil en los negocios y brillante como organizador. Tanta perfección no puede ser verdad. Kate dudará. TOQUES ROMANTICOS Este es un tipo de filme que le encanta preferentemente a las mujeres. Ese tipo de comedia familiar, con toques románticos, elegante, bien vestida, y con la sonriente Sarah Jessica Parker impecable, simpática, a la moda, como es su costumbre y con todo el glamour de su personaje de "Sex and the city". Bien construida, con atractivos protagonistas, buen ritmo y Dough McGrath ("Emma"), un director, que equilibra bien la comedia, sin agregarle nada original pero con el suficiente buen gusto para pasar un buen momento con atractivos actores. Sarah Jessica Parker hace su clásico personaje con encanto (la gente la ama, o la odia), Pierce Brosnan es Jack Abelhammer, el ejecutivo exitoso y la joven Olivia Munn como Momo, que por supuesto no va a permanecer demasiado tiempo fría y cerebral teniendo a su lado a la "perfecta" Kate.
Los justicieros son peligrosos Aunque no hay ningún recurso extraordinario, ni vuelta de tuerca que llame la atención, el filme entretiene y reactualiza el muy actual tema de la inseguridad, la lentitud de la aplicación de la justicia y la peligrosidad de la condición de justiciero. Will Gerard, profesor de una escuela secundaria en las afueras de Nueva Orléans, nunca pudo pensar que la violencia le destrozaría su vida familiar. Su querida esposa Laura, asaltada sexualmente, en un episodio de violencia, yace ahora en un hospital y Will, ante la lentitud de la ejecución de justicia, piensa en la venganza. Como anticipándose a su pensamiento, aparecerá alguien, jefe de un grupo (Simon) de "amigos de la ciudad", bien interpretado por Guy Pierce, que se ofrecerá para "el trabajo sucio", pero, llamativamente, con el compromiso de un "favor a futuro". Lo que Will Gerard no intuye es la magnitud del "favor futuro", que implicará una muerte. Por supuesto que el asunto se complicará y el ciudadano Gerard ingresará en una suerte de espiral de horror con acusaciones criminales incluídas. ACCION Y BUEN RITMO Cuando uno repasa algunos momentos de este filme, no puede dejar de pensar en un clásico del género como fue "Semilla de maldad", donde se reproducía la situación de un profesor de secundaria (Glen Ford) enfrentado a la violencia, en aquel caso, representada por sus propios alumnos o en filmes como "El vengador anónimo" o "Sin salida" Kevin Costner, del mismo director de "Fuera de la ley", que, de alguna manera, reproducía ciertas líneas del tema "acusado inocente" de esta producción. El australiano Roger Donaldson es un muy buen profesional de filmes de acción ("La huida", "El robo del siglo") su producción en general, incluída ésta, muestra un total dominio de los ingredientes del género y un limpio manejo del ritmo con las clásicas persecuciones, intrigas y situaciones al borde del abismo. Aunque no hay ningún recurso extraordinario, ni vuelta de tuerca que llame la atención, el filme entretiene y reactualiza el muy actual tema de la inseguridad, la lentitud de la aplicación de la justicia y la peligrosidad de la condición de justiciero. Hay buenas actuaciones de Nicholas Cage, lejos ya del Columbato de "Birdy" o "Adiós a las Vegas", junto a un correcto equipo de actores secundarios.