Es una superproducción que lo tiene todo, un argumento redondo, la utilización de efectos especiales espectaculares, dos protagonistas con buena química -Tom Cruise y Emily Blunt- y la traducción ajustada trepidante de la acción de un videogame al lenguaje cinematográfico. La tierra invadida por alienígenas está a punto de perder la última guerra. Un promotor de las bondades del ejército es degradado y puesto en combate, lo matan pero antes asesina a un extraterrestre: por eso esta condenado a revivir una y otra vez la misma situación, pero en cada repetición aprenderá y mucho para vencer al enemigo y de paso enamorarse. Entretenida del principio al fin.
Angelina Jolie tiene la imagen perfecta para esta bruja supuestamenta malísima, la que condena a la Bella Durmiente nada menos. Pero salvo por su entendible ataque de ira, se pasa la película mostrandose buena, queriendo reivindicarse y tratando de desarmar la maldición. Con buenos efectos especiales, criaturas monstruosas creadas por computadora, todas divinas en comparación con la maldad del rey, el film es apto para chicos, menos oscuro de lo esperado y entretenido. Jolie es una mala bellísima y eficaz.
Un film que cuenta la historia de Maravilla Martínez, las dificultades que tuvo en su carrera, la edad, la contundencia y los manejos dentro del mundo del boxeo que quedan expuestos con claridad, amén de la estética de las grandes películas de boxeo donde se reviven los encuentros decisivos de su vida a lo “Rocky”. Interesa a todos, no solo a los fanáticos del deporte.
El difícil desafío de mostrar la desesperación de los hombres frente a las inundaciones de mediados de los ochenta y la pueblada que culminó con la decisión drástica de dinamitar la ruta nacional 226 como única salida para que la inundacion no arrase con la ciudad de Bolívar. Testimonios íntimos, protagonistas, el desarrollo de la decisión, las víctimas, la muerte y la voluntad de enfrentar al poder central indiferente.
La vidriera de Hollywood vuelve a exhibir a Tom Cruise, uno de sus productos más taquilleros, y lo hace mediante un filme caprichoso, mediocre e irrespetuoso de su propia lógica. Esta vez Cruise es William Cage, un pedante publicista al servicio del ejército estadounidense quien -con el cargo de Mayor- se encarga de armar las operaciones mediáticas tendientes a dejar a las fuerzas armadas bien paradas ante la sociedad. Es tiempo de una invasión alienígena que ya tiene tomada toda Europa y amenaza con tomar el planeta completo. Con la velocidad que exige el relato de esta era, Cage es enviado al frente para luchar contra la amenaza extraterrestre. Por motivos que el espectador descubrirá al ver el filme, si decide hacerlo, el Mayor Cage comienza a reiniciar su día de reclutamiento, una y otra vez, como Bill Murray en "Groundhog Day" cada vez que sonaba su despertador y se escuchaba a Sonny & Cher en la radio. Obviamente, hay que exterminar a los malvados y escurridizos alienígenas que atacan a la Tierra y, más obviamente aún, para eso está el Mayor que dará su vida una y otra vez para intentarlo. En la misión no está solo, le acompaña la delgadísima y esta vez nada sensual Emily Blunt; en un rol absolutamente olvidable dentro de su carrera. Los efectos especiales están a la altura de lo que hoy ya es moneda corriente dentro de la industria, nada del otro mundo. Con buen ritmo, el director entretiene y distrae, pero no lo suficiente como para impedir que se note lo poco original de la propuesta. Sin dudas, el hecho que sea Cruise el protagonista de este filme, con todo lo que eso conlleva en términos contractuales, hace que el guión no tenga un final más interesante y coherente con la trama. Al fin y al cabo, esta películas no son más que trajes a medida para la estrella de turno. Que les queden bien es lo que importa, el resto no.
Un documental de cuidada y costosa producción, de investigación sobre amores reales literarios, históricos, con buenos testimonios pero con una intervención demasiado marcada de la directora que deviene en protagonista.
Una nueva entrega de la saga que se basa en la teoría cuántica para desarrollar un particular viaje al pasado y cambiar el futuro. El objetivo es cambiar el destino de los mutantes a punto de ser destruidos por robots infalibles construidos con los mejores efectos especiales. Un buen guion, una realización impecable y el entretenimiento es redondo. No se vaya del cine porque después de los créditos hay un pequeño adelanto. Si ama a los X MEN quedará encantado.
Una coproducción árabe alemana que le permitió a Haifaa Al Mansour convertirse en la primera directora de Arabia Saudita, en cuya capital transcurre este film inteligente y tierno. Una niña que desea la bicicleta del título luchará con todas sus fuerzas contra la discriminación a la mujer, el conservadurismo de sus padres, las rígidas reglas del colegio, la hipocresía de la sociedad en que vive para cumplir su deseo. Y esa lucha desde su inocencia conmueve con su contundencia.
Una pareja joven en el momento en que se termina el deseo, nacen las agresiones y se abren ventanas para huir de responsabilidades e ir al encuentro de otras conquistas. La directora Anahi Berneri maneja muy bien los climas, el lenguaje, las sutilezas y logra, con muy buenos trabajos de Leo Sbaraglia y Celeste Cid, comprometer anímicamente al espectador.
El director José Celestino Campusano se mete en el profundo cono urbano donde dos músicos intentan mezclar el tango con el heavy metal mientras se suceden engaños, pedidos de ajuste de cuentas, un secuestro y la violencia desatada entre un jefe violento y una barra de lesbianas temibles. Mucha verdad, mucho sentimiento en crudo, un material para ver y analizar. Distinto y original.