Al lado de "Bañeros 4 , los rompeolas" que aparentemente va por el mismo publico popular y familiar, esto es cine de marca mayor. Si se la compara con comedias de parejas de actores cómicos, es un film que tiene defectos, algunos baches, algunas mesetas, errores de continuidad. Pero también tiene a dos directores inquietos y cinéfilos Fabián Forte y Nicanor Loreti, y a los protagonistas que se esmeraron: Joseé María Listorti y Pedro Alfonso.
Esta vez el avioncito ya esta consagrado y es famoso y se trasforma en parte del equipo que apaga incendios forestales. También pasa peligros pero sin tanta angustia. Ideal para seguidores
Tornatore, Geofry Rush y la historia de un excéntrico experto y coleccionista de arte, egoísta hasta la exasperación, que se rinde enamorado de un chica que padece de agorafobia. La atracción de la pieza única y muchas vueltas de tuerca. Una película barroca, con buenas actuaciones, fascinante por momentos y luego se desbarranca hacia el final, pero igual entretiene. No es lo mejor del director italiano
También de Ivan Fund, que decidió estos dos estrenos en simultáneo. Título inspirado en los carteles de perros perdidos. Aquí, el adiós se preanuncia en una pareja, en las complejidades de la maternidad y las pérdidas.
Dirigida por Ivan Fund, con Andreas Koefoed, indaga sobre una amistad profunda entre dos jóvenes mujeres que se plantan frente a un cambio de destino, la partida para una que no comparte tales inquietudes con su novio y la entrada a un convento para la otra. Las dos se alejan de un vínculo fuerte que las hace felices. Se despiden como de los cachorros que tuvo su perra.
Primero, un reestreno; ahora, una remake. Cuando uno ve la película parece que todo atrasa. Unos leves efectos especiales, supuestas situaciones graciosas atadas con alambre, muchas figuras con pequeños momentos de lucimiento, un argumento mínimo. Fátima Florez al natural y con imitaciones, una leve aparición de Luciana Salazar, Karina Jelinek… Los protagonistas, mal dirigidos, una banda de forzudos con vincha y apariciones de animalitos siempre bienvenidas. Poca cosa más. Cine popular, bienvenido sea; cine hecho a las apuradas, es otra cosa. Sólo si es nostalgioso.
Si usted es fanático de los efectos especiales, ésta es su película. Los tiene de todos los colores, perfectos, impresionantes, aunque uno ya sepa que en materia de trucos digitales ya casi todo es posible. Pero esa cualidad casi de juguete que tuvo la primera de Transfomers ahora es más oscura, con monstruos mecánicos fabricados en serie y malos intergalácticos que de tan malos se parecen a los villanos humanos. Claro que Michael Bay se entusiasmó con tanto juguete y estiró la película más de lo conveniente. Dos horas 35 minutos es demasiado aun para los superfánaticos, que son el público incondicional
Una película de la India, Una delicada historia de amor, hecha de sutilezas y poder de observación, que llegará al alma de los espectadores. Una mujer joven y un hombre a punto de jubilarse, viudo, entenderán que las oportunidades tardías todavía existen. Como fondo, la ciudad de Mumbai, su famoso sistema de distribución de almuerzos y un equívoco que da comienzo a la magia.
En el cine norteamericano siempre está la tentación de la remake, en este caso de una verdadera leyenda de Park Chan Wook basada en un manga, que es una mezcla extraña de lirismo y sadismo. Aquí, Spike Lee lo que logra es una historia tremendamente violenta sobre un hombre despreciable que vive 20 años en una prisión privada y cuando sale cree que puede vengarse. Ni Josh Brolin se salva.
Basada en un caso real, de los tantos que se dan a conocer, es la historia de Paul Potts, nacido para cantar pero que sufrió bullying, desprecios, falló frente a una prueba con Pavarotti y un reality lo transformó en estrella. Convencional y previsible, old fashion, bien hecha