Zootopia

Crítica de Leonardo González - Río Negro

"Zootopía", historia de una amistad poco común

Judy Hopps (Ginnifer Goodwin) es una conejita que vive con sus padres y sus centenares de hermanos en Las Madrigueras, un lugar rural donde habitan todos los agricultores. Pero ella no quiere seguir la tradición familiar y sí seguir su sueño: convertirse en la primera coneja oficial de policía (todos los policías son animales grandes como rinocerontes, hipopótamos o elefantes). A pesar de que nadie tiene fe en ella, logra superar el riguroso entrenamiento y se gradúa primera en su clase. Por su gran esfuerzo, el alcalde Leodoro Leonzález la recompensa enviándola a la ciudad de Zootopia al Precinto 1, comandado por el Jefe Bogo.

Judy no podría estar más feliz, ya que esa ciudad es un lugar en donde todas las especies de animales conviven en armonía en sus distintos hábitats y en donde cualquiera "puede cumplir su sueño y lograr lo que se proponga".

Claro que una vez allí a la pobre le dan como tarea controlar parquímetros y poner multas. Todo lo que ella soñaba empieza lentamente a derrumbarse hasta que, por una situación fortuita, su jefe la pone a investigar la extraña desaparición de algunos depredadores. Pero tiene una condición: tiene 48 horas para resolver el misterio, de lo contrario deberá renunciar al Departamento de Policía. Judy aprovechará esta oportunidad aunque tenga que asociarse con Nick Wilde (Jason Bateman), un astuto y charlatán zorro, estafador experto, quien conoce todos los trucos, artimañas y animales que ella necesita para avanzar en la investigación.

Esto es lo que propone "Zootopia" (2016), la nueva película de Walt Disney Animation Studios, que a pesar de que posee Pixar hace una década sigue desarrollando sus proyectos. Claro que, salvo dos o tres películas, nunca alcanzan el nivel de la progenitora de "Toy Story" (1995).

Sin entrar en cuestiones técnicas ni de animación -prácticamente todas las compañías dedicadas al género tienen un nivel superlativo-, hay que centrarse en la historia. La idea es muy buena: una sociedad en donde no existen los humanos y sólo es habitada por animales, una coneja y un zorro (enemigos naturales) que se convierten en compañeros y amigos, la idea de acabar con preconceptos y prejuicios y el emblema de que todos los sueños pueden ser cumplidos si sólo se tiene la perseverancia de proponérselo.

El problema más grande con "Zootopia" es que se toma demasiado en serio. Profundicemos: si se piensa bien, las grandes películas de animación no tienen tramas complicadas. Son pequeños problemas que para los protagonistas son enormes, ya sea porque son juguetes, peces, monstruos o lo que sea. De ahí el éxito y el aplauso por la idea y la imaginación. Con una ciudad que está compuesta por animales podrían haberse hecho millones de chistes, como el que hacen de los perezosos atendiendo una oficina pública. Esas escenas, en donde se desacelera un poco el ritmo, son brillantes. Pero los realizadores decidieron darle más "seriedad" al filme y ahí es donde perdieron. Tal vez sea porque a último momento cambiaron de protagonista e hicieron que Judy sea el principal antes que Nick. Demasiado trabajo y muy poco tiempo para hacer bien las cosas.

Jason Bateman demuestra que no le hace falta más que su voz para poder actuar. Lo hace bien frente, y también fuera, de cámara. Tampoco hay que restarle mérito a Ginnifer Goodwin que brinda una adorable conejita. Ah, los latinos tenemos representante con Shakira, que además de tener el tema principal del filme le pone la voz a la estrella pop Gazelle.

Si venden bien, seguramente habrá secuela. Sólo esperemos que le pongan más el ojo a la historia. No es mucho pedir.