X-Men: Apocalipsis

Crítica de Leonardo González - Río Negro

Un villano milenario sacude a los mutantes

Hay que hacer un poquito de historia para comprender un poco el suceso que significa “X-Men: Apocalipsis” (2016) para los realizadores de este filme.

Hace 5 años atrás, con “X-Men: primera generación” se trataba de darle una “lavada de cara” a lo que se había hecho con la saga de los mutantes. La idea era renovar la franquicia presentando a los personajes desde el pasado, sin importar que se alteraran líneas temporales o los hechos acaecidos antes (por eso no importó que mutantes que no se conocían en los tres primeros filmes acá se mostrara que lo habían hecho de jóvenes y varias cosas más). Para esto se trajo al mecenas que inició todo: Bryan Singer –que sólo ofició de productor–.

En la siguiente, “X-Men: Días del futuro pasado” (2014), se metería de lleno como guionista y director. Ese largometraje fue un éxito (acá lo calificamos como “Muy bueno”) y, según Simon Kinberg, hombre involucrado en todo lo que tiene que ver con el mundo X-Men, este filme cierra el arco de las historia de los mutantes jóvenes. Para ello tenían que hacerlo a lo grande y trajeron a Apocalipsis, un villano que apareció por primera vez en la revista “X-Factor #5” (junio de 1986), y es considerado uno de los mejores de todos los tiempos.

La película comienza en el antiguo Egipto mostrándonos a Apocalipsis (Oscar Isaac), el primer mutante de todos, a punto de absorber el don de otro de su raza para no envejecer nunca más y así reinar para siempre. Pero algunos humanos logran evitar que la ceremonia se complete y queda atrapado dentro de una pirámide.

En el presente, año 1983, cada uno de los personajes del anterior filme ha tomado un camino diferente: Charles Xavier (James McAvoy) tiene a su escuela para jóvenes excepcionales en pleno funcionamiento, Magneto (Michael Fassbender) formó una familia, Mystique (Jennifer Lawrence) se dedica a ayudar a otros como ella, Hank McCoy (Nicholas Hoult) asiste a Xavier en el establecimiento educativo, pero todos ellos volverán a cruzar sus caminos cuando Apocalipsis despierte de su sueño de miles de años y decida que el nuevo mundo lo desilusiona y es mejor destruirlo y construir otro desde sus cenizas.

Lo que tenía de poderoso “Días del futuro pasado” era la gran historia que presentaba y, por supuesto, el reunir a los viejos y nuevos mutantes en un mismo filme. Tanto para el fanático comiquero como para el amante de las películas esa combinación fue estupenda; y tal vez por eso esta tercera entrega no llega a ese nivel y se queda en el camino.

En “Apocalipsis” lo que intentan es atraparnos mostrándonos a muchos de los personajes que conocíamos pero muy, muy jovencitos: Jean Grey (Sophie Turner), Scott Summers/Cíclope (Tye Sheridan), Kurt Wagner/Nightcrawler (Kodi Smit-McPhee), Ororo Munroe/Storm (Alexandra Shipp), Ángel (Ben Hardy), y podríamos seguir. No sólo que no surte el mismo efecto, sino que el desarrollo de la trama es muy parecido al de las pelis anteriores.

Más allá de esto, tiene 2 o 3 escenas increíbles, de una factura pocas veces vista. Tomen nota la que involucra a Quicksilver (Evan Peters), que cada aparición suya hace explotar al público. Brian Singer, con esta película, rompió el récord de Sam Raimi y Christopher Nolan al dirigir cuatro filmes de superhéroes de la misma saga (los superó por uno).

No se olviden de quedarse bien hasta el final porque después de los créditos hay una escena que adelanta lo que se viene, porque en el mundo del cine basado en los cómics nada es el final hasta que la taquilla diga lo contrario.