Winter: El delfín

Crítica de Adriana Schettini - Clarín

Una ficción verdadera

Basada en un hecho real, destaca el valor de la perseverancia.

Con un delfín real en el centro de la historia, la muy buena actuación
de dos niños, escenas calculadas para emocionar, y un mensaje
políticamente correcto, Winter-El delfín entra en el rubro de filmes que
se promocionan como “para toda la familia”.
En tal sentido, conviene separar las aguas. La película resulta ideal
para niños. En cuanto a los adultos, es probable que la disfruten
quienes estén dispuestos a no esperar una gran originalidad en el
tratamiento de la historia, porque el guión y la realización siguen al
pie de la letra el manual de los filmes tiernos, emotivos y con mensaje
positivo. Pero, eso sí, yendo por el camino convencional, consiguen un
muy buen producto hollywoodense. Filmado en exteriores, en Florida,
Estados Unidos, está inspirado en un hecho real, ocurrido en 2005 en: un
delfín hembra quedó atrapada en una trampa para cangrejos. Un pescador
la rescató en una playa de la Florida. Los biólogos del hospital marino
de Clearwater tomaron a su cargo el tratamiento del delfín al que
llamaron Winter. No hubo más remedio que amputarle la cola, y esas
condiciones era muy poco probable que pudiera volver a nadar, e incluso
que siguiera viviendo. Pero gracias a los esfuerzos del personal de
Clearwater y la tozudez de un especialista en prótesis para humanos, que
construyó para el delfín una cola artificial, en diciembre próximo
Winter cumplirá seis años, y en los Estados Unidos, se ha convertido en
un símbolo de la lucha contra la adversidad.
Con muy buenas actuaciones, el filme transmite lo que se propone. Nathan
Gamble compone a Sawyer Nelson, un niño que se compromete a fondo con la
recuperación del delfín, acompañado por otra niña (Cozi Zuehisdorff), la
hija de Dr. Clay Haskett (Harry Connick Jr.), el director del hospital
marino. Morgan Freeman es el especialista que crea la prótesis para Winter.
“Creo que esta película puede servir de inspiración para los niños,
sobretodo aquellos que hayan perdido una pierna o un brazo o que no
puedan caminar”, declaró Harry Connick Jr., algo que el filme se encarga
de subrayar.