Whiplash: Música y obsesión

Crítica de Patricia Relats - El Espectador Avezado

Whiplash es el nombre de una canción, pero sobre todo es el nombre de una historia. Cuando un chico que sueña con ser un baterista recordado se encuentra con un clásico que tiene que hacerlo suyo, más le vale destacarse. Esto viene de la mano de un tutor que está muy dispuesto a reventarlo contra la pared las veces que sean necesarias para poder descubrir qué tiene él para dar.
Esta película, sobre esta simple premisa, tiene dos cosas importantes: una fotografía oscura, con mucha madera, bien de encierro y música de conservatorio y un guión que permite un duelo de titanes. Los actores tienen que entregar absolutamente todo lo que tienen bajo la manga para hacerla funcionar y lo logran.
El personaje principal a cargo de Miles Teller, es un chico retraído por momentos, pero que se destaca porque tiene la disciplina de poder alcanzar el éxito que pretende. Está aburrido de la mediocridad que lo rodea (según su perspectiva, claro) y sabe que el talento es importante pero más importante es el duro trabajo para destacarse. Él la verdad es que resulta un poco antipático (cosa que también tiene que marcarla desde el guión) y logra mantener esa sensación de estrés, angustia y ansiedad. JK interpreta a Flectcher, un hombre que cree que uno debe ganarse el derecho a pertenecer a una banda y por eso tiene que presionar más de lo que cualquiera puede tolerar. Imposible dejar de mirar a JK Simmons en este film. Es más grande que todo.
El film, dirigido por Damien Chazelle, está basado en un corto que él mismo escribió y dirigió en el 2013 y es su cuarta producción con él a la cabeza. Hay que tener en cuenta que todo el ritmo de la edición se basa en golpes de batería (con muchos cortes directos y el paso a la siguiente toma), planos cerrados muy en detalle, planos aberrantes donde el personaje siempre está a punto de romperse frente a nosotros o nosotros mismos somos los que vamos a rompernos si tanto está en juego en el repiqueteo de cada platillo.
El resultado final es una muy buena película, emocionante y con memorables actuaciones. Seguramente recordarán la tensión durante mucho tiempo luego de que se termine el film.