Voyage, voyage

Crítica de Jessica Johanna - El Espectador Avezado

La película de Edouard Deluc que se estrena este jueves fue probablemente una de las más curiosas de las que se pudo ver en Les Avant Premieres, hace unos meses como preestreno. Curiosa quizás para nosotros, porque es una coproducción entre Francia y Argentina. Y sobre todo, porque está filmada acá, parte en Buenos Aires y otra, tal como lo indica su título original, en Mendoza.
Dos hermanos aterrizan en Buenos Aires después de un viaje desde Francia. Uno llega enérgico y es quien intenta llevar adelante el viaje que los trajo hasta allí para el casamiento de su hermano, que será en Mendoza. El otro, llega deprimido y sin su maleta.
Pero antes de partir hacia Mendoza, los hermanos tienen la posibilidad de parar en Buenos Aires, en un hostel de mala muerte pero atendido por un amable hombre, y conocer la ciudad. Una ciudad llena de personajes excéntricos por la noche, basura en las calles, y prostitutas que sólo querrán cantar y bailar.
Y como esta película funciona como una road movie, luego los tendremos sobre la ruta. Un viaje en el que conocerán Mendoza, harán catas de vino, y aparecerá ella, una mujer que será el objeto de deseo de ambos, y es ni más ni menos que la actriz argentina Paloma Contreras.
Si algo tiene en contra esta película, es que muchos guiños y referencias y chistes sólo los entenderemos nosotros, los argentinos, pero claro, eso no nos juega en contra. Pero además, como toda buena road movie, no se trata sólo de un viaje físico, sino que los protagonistas se irán transformando, o mejor dicho, mostrando quiénes son realmente, bajo esa coraza, o bajo sus mambos y decepciones.
A grandes rasgos es una película divertida y que nos puede resultar muy interesante. Una opción refrescante, con el encanto de las comedias francesas, pero también con cierta picardía argenta.