Volando alto

Crítica de Gaspar Zimerman - Clarín

Un esquiador antiheroico

El tono liviano y la actuación de Taron Egerton salvan a una película sensiblera y llena de clichés.

En inglés, la palabra underdog define a los héroes inesperados, aquellos que triunfan contra todo y todos. En criollo: los que van de punto y terminan siendo banca. Volando alto no se aparta ni un milímetro de los requisitos obligatorios para entrar al club del subgénero underdog: un protagonista querible, antihéroe absoluto; una historia de superación; un final apoteótico. Como tantos exponentes de este subgénero, tiene los valores motivacionales para ser uno de esos videos que Caruso Lombardi les pasaría a sus dirigidos antes de jugar un partido decisivo por el descenso. Ustedes dirán: una porquería. Pero algo la salva.

Probablemente sea el tono general: con un reconfortante toque de humor británico, la película no se toma demasiado en serio a sí misma. Recurre a todas las artimañas posibles para hacernos llorar, es cierto. También cae en clichés insoportables como el típico clip musical donde vemos al protagonista entrenándose, al principio haciendo todo mal y al final convertido en un atleta. Pero el clima no deja de ser simpático, juguetón. Y eso en gran parte se debe al versátil Taron Egerton, capaz de interpretar tanto a un agente secreto (Kingsman) como a un gángster homosexual (Leyenda), como a este increíble Michael “Eddie” Edwards.

Eddie “The Eagle” (el título original de la película) existe: es un inglés que cumplió su sueño de competir en unos Juegos Olímpicos dedicándose a un deporte que nadie más practicaba en Inglaterra (el salto de esquí), y aprovechando una legislación obsoleta que no exigía grandes marcas para clasificarse. Así, este amateur de genuino espíritu olímpico llegó a Calgary ‘88. Inspirada en los hechos reales, Volando alto muestra todo su camino, desde la infancia hasta ese pico. La moraleja es explícita: lo importante no es ganar, sino competir. Una de esas frases gastadas que, como los mantras de auotayuda o los videos de Caruso, a veces nos pueden sacar de un pozo.