Viviré con tu recuerdo

Crítica de Raul Manrupe - Leedor.com

El jueves 13 de octubre se estrena en sala y en el sistema de streaming Qubit tv en Argentina y Latinoamérica Vivirè con tu recuerdo, de Sergio Wolf

En tiempos de explicitez, HD y 3D, éste es otro tipo de experiencia. Se trata de algo parecido a llamar por teléfono o enviarle un mensaje a un viejo amor con el que se ha roto. Por qué, nos preguntamos, pero lo hacemos igual.

Esto es en base Viviré con tu recuerdo, vuelta de tuerca, secuela o bonus track de Yo no sé que me han hecho tus ojos, el valorado documental que Sergio Wolf y Lorena Muñoz presentaran hace varios años. Ada Falcón, vamp de cara regordeta que supo arrasar corazones, cantar como los ángeles, manejar autos veloces, volver loco a Francisco Canaro, espíritu indomable si los hubo en el espectáculo nacional, y también ser obsesión del director y la directora de aquel largo que contribuyó a rescatarla del olvido.

Recluida en la provincia de Córdoba por promesa propia para expiar sus pecados de los años locos, los documentalistas fueron a su encuentro. Lo que encontraron molestó a algunos. Vieja decrépita, con más de pájaro caído que ser humano, algunos críticos censuraron esa curiosidad de entomólogos que vieron impiadosa. Otros, supieron ver el homenaje y el cariño que podía subyacer por esa figura mítica, uno de los grandes misterios del tango. Se ve que los ojos verdes y el trinar de ave del paraíso de Ada –que cantaba por cantar, sin saber lo que cantaba, como dice en un momento y nos revela la calidad de dotada increíble para hacer natural lo difícil- dejaron una huella en uno de sus directores. El resultado, potenciado por el hallazgo de un rollo en 16mm que creían perdido y que registraba una primera y fallida entrevista a la Falcón por parte de Wolf y Muñoz, es este documental curioso y personal. Si alguien quiere conocer cómo son determinados procesos de un documentalista, esta película es para él. Al perderse el DAT con el sonido de aquella entrevista primera (1998), Wolf nos muestra paso a paso cómo intenta descifrar qué decía la anciana, muy deteriorada en esa primera entrevista. Un poco impresiona cuando en las sucesivas repeticiones del material digitalizado la vemos gesticular, con su cara pintada con exceso de colorete, casi calva y sin ningún rasto de lo había sabido ser (y se dice que estaba mejor que cuando la volvieron a filmar para Yo no sé…, momento en el que no recordaba para nada la visita anterior).

La cámara se hace subjetiva en muchos momentos. Leemos los libros que lee el director. Revisamos los recortes de su archivo. Hablamos por teléfono con él. Silbamos los tangos que él silba y vemos los monitores que él chequea. Interesante. Es ésta una película sobre las palabras y su búsqueda. ¿Qué dijo Ada ese momento? El prueba y error y la obsesión están presentes y somos partícipes de la búsqueda. Esto es atractivo, aunque en el juego de lo explícito, a veces se hace moroso ese ser testigos en tiempo real. Entre los encuentros con distintos testigos, se destaca el encuentro amistoso con Edgardo Cozarinsky, con mucho de preparación jocosa pero que toca un punto clave al hablar de espiritismo, algo que éste había escrito en el diario cuando el estreno del documental madre. Es que hay mucho de místico en esa hora y algo más de metraje. El mismo saco que el director utilizó en aquellas entrevistas nos habla de lo importante que fue el encuentro con esa mujer, que entre muchas cosas, trajo satisfacciones para sus realizadores. Ese espíritu que se evoca en fotos blanco y negro de labios pintados con forma de corazón, y esa belleza que a los cánones de hoy se nos hace esquiva. En un momento esperado por todos, una lectora de labios algo descifra. Como muchos documentales, queda inconclusa la búsqueda, dejando cierta incógnita, estupor o desconcierto en el público.

La pregunta cuando se encienden las luces es para qué la búsqueda. Si la respuesta era hacer una película y un cierre de una historia que dejó su marca, ya está respondida. Si la respuesta es otra, no la sabemos. Tal vez sea solamente las ganas de llamar a un ser que alguna vez amamos mucho, para hacerlo una vez más nuestro, aunque sea fugazmente, para entonces recién ahí dejarlo ir después de haber cortado irremediablemente la relación.

“Viviré con tu recuerdo” tiene la particularidad de ser el primer documental que se estrenará simultáneamente en sala y en el sistema de streaming Qubit tv en Argentina y Latinoamérica.

Esta nota se publicó originalmente durante el BAFICI 2016