Viviré con tu recuerdo

Crítica de Daniel Lighterman - Visión del cine

Viviré con tu recuerdo, tercer largometraje de Sergio Wolf.
Más de 10 años pasaron desde que se estrenó en los cines Yo no sé qué me han hecho tus ojos y Sergio Wolf revisita su relación con ese magnífico documental, en la película Viviré con tu recuerdo, en donde el realizador deja de lado a Ada Falcón e intenta mirarse a sí mismo.

El rodaje de Yo no sé… ya termino, la película ya se estrenó, y muchos años después, el recuerdo del film reaparece en Sergio Wolf, uno de los codirectores del exitoso documental. Y ese recuerdo viene a través de una cinta de audio que se perdió, y que imposibilito que la primera entrevista que le realizaron a Ada Falcón pueda ser incluida en la película. Así, desde la ausencia del sonido, el director emprende un camino para intentar reconstruir aquello que se perdió, aquella primera y más espontanea entrevista que el público nunca pudo ver, y de la cual el no guarda tantos recuerdos como querría.

Aunque al principio la propuesta del film resulta poco atrayente comparada con la de su predecesora, Wolf logra muy rápido que Viviré con tu recuerdo tome vuelo propio. El vacío generado por el silencio se vuelve estructural para él, para el espectador y de a poco cada vez más lejano, para el fragmento de fílmico en el cual el rostro de la cantante evoca sus recuerdos y los calla al mismo tiempo.

Sobre la mitad de la película, la obsesión del director por llenar el vacío se vuelve finalmente, en el protagonista principal. Él habla sobre la imagen de Ada, intenta descubrir lo que dice, y cuanto más cerca está de su objetivo, más lejano lo siente.

Con maestría, la cámara se detiene sobre cada uno de los momentos en los cuales los personajes intentan dilucidar los diálogos, a veces con el film de fondo, a veces sin siquiera mostrar los rostros y otras (las mejores) sin siquiera enfocar la película, logrando llenar el vacío privando al espectador de toda posible relación directa con el film.

Con la misma aparente casualidad con la que el vacío se hace un lugar en el corazón de la trama, Viviré con tu recuerdo encuentra su propio camino alejado por un lado de Yo no sé qué me han hecho tus ojos, pero sin nunca perder de vista que la ausencia es el motor que dispara ambos relatos.

Más interesante como ensayo filosófico que como documental de investigación, Viviré con tu recuerdo es casi exquisita, definitivamente imperdible para todo aquel que pretenda del cine más que un mero entretenimiento.