Vivir de noche

Crítica de Walter Pulero - Cinergia

El hombre y la moral

No hace falta decir que Ben Affleck es uno de los mejores de su generación. Con los años ha sabido elegir en qué proyectos embarcarse y sobre todo de cuáles hacerse cargo como realizador Con cuatro largometrajes en su carrera como director, Vivir de noche es su film menos logrado (la vara quedó muy alta con Argo), pero no quita que no prestemos atención.
La historia se centra en la década de los años 20, en plena Ley Seca. Joe Coughlin (Ben Affleck), hijo de un eminente capitán de la policía de la ciudad, es un ex-soldado que aún sufre las consecuencias de su participación en la Primera Guerra Mundial. En plena era de la Prohibición, Coughin decide no seguir precisamente los pasos de su padre y se une al crimen organizado, para convertirse en un contrabandista que trafica con alcohol. De a poco su ascendente carrera en el mundo de la mafia lo convierte en un importante gangster de la Costa del Golfo. En su camino se cruzará una mujer, Emma Gould (Sienna Miller), que cambiará para siempre su vida. Pero todo peligrará cuando la ambición ponga en riesgo a su familia y a su propia reputación.
Affleck protagoniza, dirige, produce y escribe la película, la cual resulta muy sólida al contar con un guion difícil y pretensioso, con personajes que entran y salen todo el tiempo. El elenco es notable y cada uno se ensambla en la historia de manera ejemplar. Brendan Gleeson tiene una destacada participación hacia el comienzo en una breve aparición y es Chris Cooper quien despliega todos sus dotes actorales hacia el final.
El vestuario, la música, las ambientaciones son impecables. Y no faltan escenas de acción muy bien logradas: van a encontrarse con una persecución que factiblemente sea una de las mejores filmadas al momento.
Posiblemente la historia sufre algunos embates hacia la segunda parte, donde surgen varios conflictos y no se tiene demasiado en claro hacia dónde va la película. Si continuar con el conflicto del tráfico o centrarse en analizar a ese hombre que está en busca de ser perdonado. Y es notorio que algunas situaciones no llegan a resolverse.

Aun así, Vivir de noche es una película que cuenta acerca de personajes, los hace sentir y contar sus problemas. No van a encontrarse con una historia prefabricada, donde tres tiros son el único motivo para pasar dos horas frente a la pantalla.