Vivir de noche

Crítica de Mariano Patrucco - El Lado G

Un film con mucho potencial, buenos intérpretes y correcta ambientación que termina tropezando por su floja narración, que no profundiza en ningún tema y resuelve conflictos de forma torpe.

En el año 2007 el actor Ben Affleck (The Accountant, 2016) sorprendió al mundo demostrando su habilidad como director en su cinta debut Desapareció una Noche (Gone Baby Gone). El film, basado en el libro homónimo de Dennis Lehane —autor de Shutter Island, The Drop y Mystic River, novelas que también fueron adaptadas al cine—, nos contaba la historia de dos detectives privados (Casey Affleck y Michelle Monaghan) que toman el caso de una niña desaparecida. En 2010 volvió a dirigir una historia de crimen: Atracción Peligrosa (The Town), esta vez adaptada de la novela de Chuck Hogan Prince of Thieves. Si a estas dos le sumamos la oscarizada Argo (ganadora del premio a Mejor Película), la carrera de Affleck como director viene siendo impecable hasta el momento —a diferencia de sus roles como actor, donde no siempre sale airoso—. Para Vivir de Noche (Live By Night, 2017) Affleck vuelve a sumergirse en la obra de Dennis Lehane, un drama criminal de gángsters que sigue la escalada de su protagonista en el mundo del crimen organizado de Boston, pero en este caso no lo hace tan bien como en sus trabajos anteriores.

La película sigue a Joe Coughlin (Affleck), un irlandés que tras regresar de la Primera Guerra Mundial se enamora de Emma Gould (Sienna Miller) la mujer de Albert White, el líder de la mafia irlandesa. A través de ella Joe empieza a incursionar en el crimen organizado, para preocupación de su padre (el capitán de la policía de Boston, interpretado por Brendan Gleeson). White acaba por descubrir el affaire de su amante, manda a matar a Emma y muele a golpes a Joe, que jura venganza contra White y se une al bando de su contrincante Maso Pescatore (Remo Girone), el capo de la mafia italiana.

Coughlin, junto a su amigo y mano derecha Dion (Chris Messina) deberá gestionar el imperio de Pescatore en Tampa, Florida —principalmente contrabando de alcohol— y se les encarga la construcción de un casino. Joe deberá enfrentarse a una fuerte oposición de la comunidad religiosa encabezada por Loretta Figgis (Elle Fanning), la puritana hija del Sheriff local (Chris Cooper) además sufrir constantes ataques de los fanáticos del Ku Klux Klan a sus clubes poblados de latinos y afroamericanos. También iniciará una relación con Graciela Suarez (Zoe Zaldana), la hermana de un empresario cubano.

La película se destaca principalmente por su elegante reconstrucción de época (aplausos para los encargados del diseño de vestuario y producción), una correcta fotografía y las excelentes secuencias de acción y persecuciones. Ben Affleck vuelve a demostrar su habilidad con la cámara y nos traslada a los tiempos previos a la gran depresión con pulso experto desde lo visual, pero las principales flaquezas de Vivir de Noche se encuentran en el papel. El film no tiene en claro que quiere ser, la interesante trama de venganza que vemos al comienzo es rápidamente descartada para introducirnos en la historia de crimen y negocios sazonada con algo de romance; la vendetta es retomada cerca del final de la película, pero a este punto ya dejó de interesarnos. Esto hace que la narración de la película sea caótica. También tiene problemas a la hora de establecer temas, por ejemplo: nuestro protagonista es demasiado bueno para ser un gangster de temer, pero no termina de cerrar como héroe por tener las manos sucias. Los diálogos por momentos se hacen pomposos y rebuscados innecesariamente. Este conjunto de fallas, que se manifiestan más en el segundo acto, hacen que la película poco a poco se desgaste y vaya perdiendo su encanto inicial.

En materia de actuaciones todos los intérpretes están bien —aunque algunos tienen muy poco para hacer en la película—, especialmente los personajes de Elle Fanning y Chris Cooper, que tienen un interesante arco para desarrollarse. También es bastante simpático el sidekick de Joe Coughlin encarnado por Chris Messina. La contracara de ellos es nuestro protagonista: Affleck da una de sus más inexpresivas y acartonadas interpretaciones hasta el momento, contrastando con su labor de director en el film. En general Vivir de Noche no es una película mala: por momentos entretiene, pero su irregularidad narrativa y demás falencias hacen que se mantenga en un nivel medio y la sensación de que Ben Affleck podría haber logrado un producto de mayor calidad.