Viral

Crítica de Laura Petroff - El Lado G

Uno de los géneros cinematográficos más baratos que hay, en cuanto a producción, es el del terror. Las sensaciones que busca causar no precisan de caros trajes, destrucción de autos, ni nombres célebres en el poster. Es por esto que también es uno de los que más creativos. Posee muchos estrenos por año y, como consecuencia, las salas se llenan de fans del horror. Los actores no suelen volverse muy famosos al clásico estilo hollywoodense porque son lo que menos importa: el ingenio es el fuerte del género. Aún así, la del cine de terror es una de las comunidades más amorosas y agradecidas que hay: figuras como Tom Savini (genial maquillador de FX) y Robert Englund (el primer Freddy Krueger) son muy queridas y recordadas a pesar de que hace años no estrenan nada que conquiste el corazón del público mainstream.

Sin prisa pero sin pausa, una enfermedad viral altamente contagiosa comenzó a infestar a la población estadounidense. Las hermanas Stacey (Analeight Tipton) y Emma (Sofia Black D’Elia), dos chicas de secundaria, tuvieron que mudarse muy lejos de su casa, a California. La situación que esta enfermedad generó en todo el país las alcanzó hasta su nuevo hogar y alteró la vida diaria de su familia. Luego de que todo su pueblo sea puesto en cuarentena y registrado constantemente por el gobierno, una fiesta clandestina las pone cara a cara con la enfermedad. Emma, junto a su amigo Evan (Travis Tope), deberá mantener la infección de su hermana a raya e intentar curarla antes de que el gobierno la encuentre y las separe en el medio de tanto caos.

En el cine de terror suele utilizarse al productor como ‘garantía de calidad’. En este caso, Jason Blum avala: participó en otras películas más celebradas como Sinister (2012), The Purge (2013) y Whiplash (2014). En cuanto a dirección, son dos los encargados: Ariel Schulman y Henry Joost. Ambos trabajaron juntos en Actividad Paranormal 3 y 4 (2011, 2012) y la recién estrenada Nerve (2016) (agregar link a la review de ELG, por favor gastonnnnn). El elenco no tiene nombres muy conocidos salvo el de Michael Kelly, por su papel en House of Cards (2013). A sus hijas, Stacey y Emma las interpretan Analeigh Tipton (Warm Bodies, 2013) y Sofia Black D’Elia (Gossip Girl, 2012): ambas muy grandes para actuar en el papel de chicas de secundaria. Las acompaña Travis Tope, que tiene una carrera bastante breve. Su más reciente trabajo fue en Independence Day: Resurgence, estrenada hace unos meses. Sus actuaciones fueron apropiadas para el tipo de película que es Viral: malas pero no llegan a desentonar con la trama.

Es muy difícil ser lo suficientemente creativo como para sacar de la nada una buena película de terror. En general, a la hora de explicar el fenómeno que persigue a los protagonistas todo cae y deja en evidencia lo barato de la trama. Con las películas de epidemias, este punto crítico se resuelve desde el principio y salva al guión de dar una explicación demasiado deslucida. Aún con esta utilidad, Viral no logra dar la vuelta de tuerca necesaria para satisfacer esas ganas de saltar del asiento que hasta el más miedoso tiene de tanto en tanto. Los momentos de acción no son demasiado emocionantes ni los de terror, demasiado terroríficos, valga la redundancia. Los personajes, superficiales y aburridos, generan empatía solamente porque son humanos. La historia en general es más bien sosa y la ambientación suburbana inmediatamente remite a The Purge, que en la comparación deja a Viral, sin duda, en un lugar de amplia desventaja. A pesar del tremendo potencial de su trama, Viral no supo aprovechar las herramientas más efectivas que tiene el género.