Una hermana

Crítica de María Bertoni - Espectadores

A través de ficciones y documentales, el cine argentino abordó varias veces el suplicio que la desaparición forzada de personas inflige en familiares y amigos que las buscan. El Estado terrorista que chupó a miles de ciudadanos entre 1976 y 1983, la abducción de Luciano Arruga y Julio López en plena democracia, el secuestro de cientos de mujeres con fines prostibularios inspiraron películas que recrean la desesperación ante la ausencia impensada, ante la indiferencia de una sociedad sensible a otros delitos, ante la proliferación de testimonios parciales, sospechas inconducentes, hipótesis incontrastables, noticias malintencionadas.

Entre estos films, son pocos aquéllos que recrean de manera exclusiva la lucha cuerpo a cuerpo –a veces sin ninguna asistencia profesional– contra una Justicia que, de manera deliberada o por desidia, impide el avance de la investigación por averiguación de paradero. A esta minoría pertenece Una hermana de Verena Kuri y Sofía Brockenshire, que se proyectó por primera vez (y ganó el premio de la Sociedad Argentina de Editores Audiovisuales y de la Asociación Argentina de Editores Audiovisuales) en el BAFICI de 2017.

Quizás esta perspectiva infrecuente tenga que ver con la combinación entre procedencia y lugar de formación de las autoras: Kuri es alemana; Borckenshire, canadiense; ambas estudiaron en la Universidad del Cine de Buenos Aires. En otras palabras, es posible que el maltrato estatal esté tan naturalizado en la Argentina que convoque menos a realizadores nacidos y criados que a sus colegas extranjeros, y al mismo tiempo es necesario que éstos conozcan mínimamente nuestro país para entender y describir los efectos de esa violencia institucional.

En Una hermana, Kuri y Borckenshire recrean con sutileza, y no por eso falta de contundencia, el derrotero personal, policial, judicial de Alba en busca de su hermana Lupe. La sensación de desolación e impotencia marca el rostro de la protagonista que Sofía Palomino encarna con notable sensibilidad. Adriana Ferrer y Eugenia Alonso la secundan con la misma calidad actoral.

Las realizadoras señalan apenas a los sospechosos de una desaparición que parece vinculada por momentos con el delito de trata, por momentos con una venganza por despecho. A partir del trabajo fotográfico de Andrés Hilarión, Roman Kasseroller y Federico Lo Bianco, Kuri y Borckenshire convierten a la localidad bonaerense de Empalme de Lobos en un escenario siniestro, punto de encuentro entre la acción criminal y la inacción estatal.

Una hermana desembarcará el 31 de mayo en el BAMA y el 14 de junio en el cine Gaumont. Entre una y otra fecha, la Ciudad de Buenos Aires será testigo de una nueva movilización bajo la consigna Ni Una Menos. La decisión de estrenar en ese marco aumenta la sensación de que las autoras asumieron un compromiso político cuando produjeron su primer largometraje.