Un viaje extraordinario

Crítica de Tomás Ruiz - EL LADO G

Ritmo lento y sin ningún tipo de vuelta de tuerca. Este film termina siendo un padecimiento de poco menos de dos horas. Colin Firth se encarga de transmitir cada una de las sensaciones que el propio Crowhurst pudo haber tenido.

De la mano del director que trajo la vida de Stephen Hawking a la gran pantalla en The Theory of Everything (2014), James Marsh vuelve a ponerse detrás de las cámaras para transmitir una de las historias más famosas de las islas británicas. Bajo el nombre de Un viaje extraordinario (The Mercy, 2017), Marsh cuenta la historia de Donald Crowhurst (Colin Firth), un aficionado a la navegación con cero experiencia náutica real, quien decide embarcarse en la famosa carrera Sunday Times Golden Globe. Esta carrera, consiste en dar la vuelta al mundo, a bordo de una embarcación monocomando, parando la menor cantidad de veces posible en los diferentes muelles del mundo.

Al ser un docudrama/biopic, los puntos más flacos de esta película los tiene en los aspectos narrativos. Con un condimento extra que es el desconocimiento de estos sucesos por fuera de los que son amantes de la navegación en aguas abiertas, el director hace todo lo posible para que la historia que quiere transmitir, aburra al espectador. Con un ritmo lento y sin ningún tipo de vuelta de tuerca, el film termina siendo un padecimiento de poco menos de dos horas. Hay muchos recursos como la claustrofobia, la paranoia y la demencia, que podrían haberse explotado de una mejor manera y de alguna manera conmover al público, pero con solo una leve dosis de ellos, no alcanza.

Como no todas son malas, a la gran fotografía que la película tiene se le agregan unas locaciones muy buenas mostrando paisajes que no son tan usuales por estas latitudes. Junto con algunas escenas que están hechas para significar la soledad, gracias a ellas, el espectador puede sentirse a la deriva igual que el personaje principal.

En contraparte con el director, el elenco cumple a la perfección con sus respectivos roles. Encabezando el reparto, el ganador del Oscar del 2010 por su trabajo en The King’s Speech, Colin Firth se encarga de transmitir cada una de las sensaciones que el propio Crowhurst pudo haber tenido. Con una simple mirada, Firth puede hacer sentir la soledad que un hombre puede sentir solo y a la deriva en el medio de la nada. Completando la nomina de actores que trabajan en esta producción se encuentran: Rachel Weisz (Constantine, 2005), la esposa del navegante amateur; y David Thewlis el querido Remus Lupin en la saga de películas de Harry Potter, interpretando al agente de prensa encargado de transmitir todas las novedades del Sr. Crowhurst al mundo. La peli se sostiene bajos estos tres actores más reconocidos, y lo bueno es que, si bien la cámara se queda en un 80% con Firth, cada uno tiene sus momentos en donde demuestran todo su potencial.

Haciendo un balance en general, la película podría haber sido mucho más de lo que termina siendo. A pesar del ritmo lento y desgastador que propone el director, esta historia es cautivante que sirve para conocer historias nuevas con personajes desconocidos.