Un monstruo viene a verme

Crítica de Lucas Ranieri - Cinéfilo Serial

Enero es un mes difícil en materia de estrenos cinematográficos. Siempre queda en medio de los últimos tanques que abarrotan a la multitud en todas las salas del país en diciembre, y de los estrenos tardíos o que se hicieron esperar hasta el mes de febrero, siempre con gusto a Oscars. Pero no todo es descarte, siempre queda alguna joyita digna de ver, como es el caso de “Un Monstruo Viene a Verme” (“A Monster Calls”), co-producción española-estadounidense, dirigida por el ya experimentado director español Juan Antonio Bayona.

Bayona viene de hacer grandes cosas, y para esta oportunidad no se queda atrás con su más reciente film. Debido al éxito de “Lo imposible” y “El Orfanato” (producida por nada más y nada menos que Guillermo Del Toro), se le abrieron un sinfín de puertas, una de ellas fue dirigir esta adaptación de la novela homónima de Patrick Ness, escritor estadounidense, y a modo de curiosidad, también es el guionista de esta película.

En “Un Monstruo Viene a Verme”, la historia gira en torno Conor O’malley, un adolescente británico que no la está pasando para nada bien: su madre tiene cáncer, su padre no está presente, le hacen bullying en la escuela, y para colmo, por las noches no puede dormir debido a una constante pesadilla que lo atormenta. Gracias a una gran imaginación, y habilidad para el dibujo heredada de su mamá, se refugia allí en su día a día, hasta que una noche todo cambia cuando un árbol gigante entra a su casa y le dice que le contará 3 historias, pero que la cuarta la tendrá que contar Conor, y ésta tendrá que ser la verdad. Estas historias terminan teniendo que ver con la vida de Conor, y veremos distintos puntos de vista.

Con esta premisa sencilla acompañaremos al protagonista a lo largo de todo el metraje, casi como si fuera un viaje de auto superación y aprendizaje. Por este camino nos lleva el gran trabajo de fotografía de Oscar Faura, que eligió una paleta de colores delicada y acorde a la historia, rememorándonos al estilo europeo, también de la mano de grandes tomas, poco convencionales en este tipo de películas, jugando con planos secuencia, planos detalle y hasta la clásica “Mirada de Dios”, que nos da otro tipo de perspectiva. En el arte visual de las historias contadas por ”El monstruo”, se nos presenta en formato de animación, con un detalle sumamente cuidado y prolijo, haciéndonos inmiscuir cada vez más en estas historias narradas por el misterioso árbol. El CGI se ve muy creíble y acorde a los escenarios donde se presenta. Por el lado visual de esta cinta, el equipo hizo un gran trabajo.

Aún siendo una película pequeña, cuenta con pesos pesados en materia de actuación: Felicity Jones deja el piloto automático y su interpretación de madre enferma de cáncer es sublime, Sigourney Weaver da miedo en su papel de abuela fría y calculadora, Toby Kebell por fin encuentra un lugar en un film que le haga justicia como actor luego del desastre de “F4ntastic” (2015), Liam Neeson pone voz y captura de movimiento al monstruo, siendo este muy aterrador, y qué decir de Lewis MacDougall, se come la película. Es muy complicado que un niño destaque tanto y aguante, pero sin dudas, Lewis tiene muchísimo futuro.

Por último, mucho ojo, esta película no es para niños a pesar de tener un tráiler amigable con un árbol que habla, lleva una trama adulta que toca fibras sensibles y carga con un drama importante, los más chicos no la van a poder disfrutar, se recomendaría a un público adolescente/young adult.

“Un Monstruo Viene a Verme” es la sorpresa del verano, nadie daba un peso por este film que ahora cosecha elogios alrededor del mundo. Una película pequeña, hermosa, que es lenta en su forma de llevar, pero aún así no aburre en ningún momento y no cae en los pozos convencionales de títulos similares. Denle una oportunidad, pueden llevarse una linda sorpresa.

Puntaje: 4/5