Un lugar en silencio

Crítica de Martín Goniondzki - Cinéfilo Serial

Las películas son relatos de carácter audiovisual. Esto, que puede ser un poco obvio, es un hecho que se basa en que las narraciones están compuestas tanto de la imagen como del sonido. Es así, que si bien siempre se desarrolla o se le dedica especial importancia al diseño de la estética visual, también es igual de relevante y trabajado el campo sonoro. “A Quiet Place”, el film dirigido y protagonizado por John Krasinki que se estrenó el jueves pasado, tiene bien en claro este aspecto y le brinda a la arquitectura auditiva del relato un trato especial y sumamente logrado que eleva a la narración a un nivel superlativo.

La película cuenta la historia de una familia que parece estar desplazándose de un lado para el otro, conversando mediante lenguaje de señas y tratando de no generar el más mínimo ruido. El padre de la familia (John Krasinski) y su esposa (Emily Blunt) buscan medicamentos y provisiones en supermercados abandonados junto a sus tres hijos. Aparentemente, tuvo lugar algún tipo catástrofe a nivel global, de la cual nos iremos enterando (no demasiado) a lo largo del relato. Este grupo sigue su camino y el niño menor quiere hacerse con un juguete adquirido en el mercado. El padre le indica que éste es muy ruidoso y no lo puede llevar. En medio de la quietud de los bosques de algún paraje alejado en alguna región de Estados Unidos, el nene saca la nave espacial de juguete recuperada gracias a la complicidad de su hermana mayor con problemas auditivos, y ésta comienza a funcionar encendiendo luces y sonando a un volumen considerable que rompe con la tranquilidad del lugar. Lee, el padre, comienza a correr hacia su hijo mirando a los costados donde se escuchan unos pasos acercándose. Cuando está por alcanzar a su hijo, éste le es arrebatado por una criatura extraña, probablemente de origen extraterrestre.

Con este comienzo intrigante, arrollador y cuidadosamente confeccionado empieza la historia de la familia Abbott, que deberá mantenerse en absoluto silencio para lograr sobrevivir. La película del actor, productor y director, John Krasinski (“The Office”), es un pulcro y pulido thriller que mezcla ciertos mecanismos del terror (en especial los jump scares) con algunos acertados elementos del drama familiar y un futuro postapocalíptico misterioso.

Luego de esa interesantísima secuencia de apertura, el relato se sitúa un año después con una Evelyn (Blunt) embarazada y una familia afligida por la pérdida del pequeño miembro. Sin embargo, no tendrán mucho tiempo para hacer catarsis porque deberán afrontar varios hechos futuros que amenazan con romper la tranquilidad que tuvieron durante el último año.

Lo más atractivo del relato tiene que ver con la premisa que establece la narración. “Si no te escuchan, no pueden cazarte”. Aparentemente, estas extrañas criaturas son ciegas y solamente se guían por el sonido, por lo que los sobrevivientes serán aquellos que puedan mantenerse en absoluto silencio. Esto hizo que el relato sea bastante llamativo en relación al diseño sonoro. La música de Marco Beltrami (“World War Z”, “Logan”) junto con la edición de sonido y la mezcla comprenden un trabajo excelso donde trabajan en absoluta consonancia y armonía los sonidos y la ausencia de los mismos. Está empleado excelentemente el concepto de “silencio” para generar momentos de tensión y de suspenso.

Por el lado visual, la fotografía de Charlotte Bruus Christensen (“Fences”, “Molly’s Game”) no desentona y nos ofrece ese gélido y desalentador futuro que tanto acecha y amedrenta a nuestros personajes.

Krasinski demuestra una enorme habilidad para ir sugiriendo todos los problemas con los que se va a encontrar esta familia. Todas las piezas están ahí a simple vista, esperando que sean puestas en contacto. Sabemos que el embarazo, tarde o temprano, representará un problema sonoro para los protagonistas, pero también lo será un clavo en una escalera, un granero, etc.

Una película que se centra en sus personajes, y se destaca por las actuaciones de los protagonistas adultos, pero también de Millicent Simmonds, la niña que pudimos ver en “Wonderstruck” de Todd Haynes el año pasado.

“Un Lugar en Silencio” es un film perturbador y sumamente entretenido que se destaca por su original concepto sonoro. Un hecho que se aprovechó tanto desde lo técnico como desde lo narrativo. Una historia que profundiza en la crisis de una familia y en los problemas de comunicación de los seres humanos y cómo uno puede salir adelante más allá de ellos. Una interesante propuesta para ver en cine y disfrutar en todo su esplendor.