Un jefe en pañales

Crítica de Facundo Barrionuevo - El Día

“Aprende a volar / Aprende a ver.”

Tim es muy fantasioso, pero así son casi todos los niños. Entonces más que fantasioso Tim es peliculero. Cada situación cotidiana la imagina como una aventura de película o de cuento fantástico. Así que el manejar una bicicleta sin rueditas él lo ve como un viaje intergaláctico en una nave sin control. De la misma manera, su bañera puede convertirse en una gigantesca y peligrosa aventura submarina. Sus ojos tienen un filtro cinematográfico. Y así disfruta más y mejor cada acción habitual y aburrida. Tim vive en un feliz equilibrio junto a su mamá y su papá.

Pero algo inesperado llega para echarlo todo a perder. Un hermanito menor. Luego de una situación de celos hacia el nuevo integrante de la familia que se convierte rápidamente en el preferido, Tim parece descubrir una verdad oculta. Sucede que este nuevo bebé no es realmente un bebé y no es realmente su hermano. En primera medida este bebé recién nacido usa traje y habla. Además es un agente que trabaja para Baby Corp. Se trata de una empresa de fabricación de bebés que está perdiendo posición en el mercado gracias al alza de su principal competidora, Puppy Corporation, que ofrece, en cambio, todo el cariño y el amor de una mascota. Puppy Corp está por lanzar su último producto con el que promete obtener el liderazgo absoluto del mercado, un perrito que sea siempre cachorro, o sea, eternamente tierno.

Pero hay algo raro en esta película. Tim no es un chico torpe ni sufre de locura. No es que tiene una visión equivocada del mundo, si no que él decide imaginar, decide recrear el mundo para mejorarlo. Por lo tanto, cuando termina su baño sabe que no estuvo en las profundidades del océano ni estuvo en otro planeta cuando anduvo en bici. Tim sabe, como todos nosotros, que es falso lo que pasa en las películas. Lo que sí son ciertas son nuestras emociones con esa película. Nosotros decidimos prestarnos a la emoción, entrar en ese juego, del cual ya sabemos sus reglas porque somos jugadores experimentados. Por lo tanto, sabemos que este bebé no es realmente un agente ya que suponemos desde el primer minuto que todo esto es fruto de la imaginación de Tim. Entonces también es contradictorio que Tim no se dé cuenta de esto mucho antes y decida creerse hasta el final su propia mentira. Ese problema es una mochila que la película debe cargar durante toda su duración.

De todas maneras, Un Jefe en Pañales tiene momentos de verdadera emoción, a partir de varios estilos alternativos de animación dentro de la misma película y en particular por la canción Blackbird de Paul McCartney, que es el mejor de los personajes posibles.