Un golpe de talento

Crítica de Martín Chiavarino - A Sala Llena

Los brazos de las corporaciones.

Las leyes económicas del capitalismo conducen a una reducción de los márgenes de ganancia al interior de los distintos mercados. Los monopolios acumulan ganancias invirtiendo en activos que se sometan a sus lineamientos de seguridad mientras que los pequeños emprendedores quedan con la misión de expandir el mercado e innovar sin ayuda, fracasando en la mayoría de los casos pero generando una pequeña brecha en muy pocas ocasiones. Esta alianza económica permite el sometimiento total de los mercados nacionales a las corporaciones multinacionales mientras que a través de la publicidad y el marketing la pesadilla capitalista es vendida como sueño americano.

El deporte es una gran inversión dentro del capitalismo, ya que el público se compenetra con el deporte, sintiéndolo, de manera tal que lo económico pasa a un segundo plano en el imaginario individual y social, y la posibilidad de generar ganancias a través de venta de entradas, el merchandising y los derechos televisivos y publicidades produce un negocio muy rentable a corto y largo plazo. Las enormes ganancias generan un gran desequilibrio, ya que trabajadores con salarios mínimos pagan por ver jugadores millonarios y compran productos de empresas con grandes dividendos a otros trabajadores mal pagados en una espiral de pobreza que solo beneficia a las corporaciones.

Un Golpe de Talento (Million Dollar Arm, 2014) es una fabula deportiva sobre los manejos empresariales dentro del deporte en Estados Unidos. Basada en una historia real sobre unos deportistas de la India que ahora juegan en las ligas de beisbol norteamericanas, el film relata la búsqueda de talentos de un representante independiente, JB (Jon Hamm). Mirando la televisión después de un fracaso comercial, la idea de reconvertir a jugadores de cricket de India en jugadores de beisbol mediante un concurso de talentos surge en la mente de JB como la única posibilidad de mantenerse a flote tras la caída de su principal prospecto contractual. De esta manera comienza la búsqueda de inversores para su inesperado concurso.

El viaje a la India es un éxito y dos jóvenes de clase media son llevados a Estados Unidos para comenzar un entrenamiento intensivo con el fin de presentarlos a los reclutadores de los equipos. Con un gran elenco, en el que se destacan las actuaciones secundarias de Alan Arkin y Bill Paxton y un guión entretenido y cálido, el film conduce al espectador a través de la adaptación de Rinku y Dinesh a la cultura norteamericana de la chatarra y la opulencia y al nuevo deporte con sus reglas y habilidades.

La película ofrece una visión sobre el deporte como un negocio dejando entrever que no todo es inocente, pero no indaga en sus contradicciones ni en sus negociados, poniendo el énfasis en el factor humano y no en el deporte como negocio. Esta visión, a la vez que ofrece un enfoque humano, intenta limpiar la imagen de un deporte marcado por la especulación financiera y la concentración monetaria. La obra deja entrever la punta del iceberg pero no analiza el interesante impacto sociocultural del proyecto de imponer a mediano plazo el beisbol en un país que adoptó el deporte de la clase alta de la metrópoli imperial como deporte nacional, en una paradoja de un país cuya independencia fue un ejemplo de cambio pacífico y ahora es una nación emergente de dudosa independencia política y económica.