Un espía y medio

Crítica de Carlos Manuel Horazzi - Citricón

La nueva película de Dwayne “The Rock” Johnson y Kevin Hart, nos presenta a Bob Stone y Calvin Joyner, dos compañeros de secundario que se reencuentran 20 años después.

Calvin, era la estrella del colegio, popular, atleta, inteligente, amado por todos, con la novia perfecta y votado como la persona con mas probabilidades de triunfar. Bob Stone (cuyo nombre en el secundario era Robbie Weirdicht), por otro lado, era todo lo contrario, introvertido, con sobrepeso, inocentón y propenso al bullying.

20 años después, Bob contacta a Calvin, ahora un contador insatisfecho con su vida, y de golpe se ve involucrado en una aventura con espías, terroristas, la CIA y, no menos traumático, una reunión de secundario.

En la tradición de este tipo de películas, el personaje de Kevin Heart, es el lógico, el centrado en la realidad. Vendría a ser nuestro alter ego, que le parece un desquicio todo lo que pasa. Y The Rock es el otrora tímido, endeble chico que se transformo en una suerte de John McClane con esteroides, capaz de vencer a un grupo de agente de la CIA con un cinturón y nada más. La dinámica es casi idéntica a Arma Mortal (Hart vendría a ser Danny Glober y Johnson Mel Gibson)

Lo mejor que tiene la película es The Rock. Su veta cómica, y pocas veces explotada, eleva la cinta. Del otro lado tenemos a Kevin Heart, actor cómico de moda, que en este caso, sirve de contrapunto para Jonson y lo hace muy pero muy bien, dejándolo brillar en un ámbito que le pertenece, de esta manera logrando un muy buen balance y transformando la película en algo muy dinámico.

Si bien la historia es básica y hasta se podría decir completamente previsible, esto la hace muy entretenida, y se le suma los cameos, o papeles menores que muchos grandes actores han aceptado en la película (Melissa MacCarthy, Jason Bateman, Aaron Paul) que brillan en los momentos que aparecen.

En definitiva, un muy buen entretenimiento para reírse una hora y media, pero no mas que eso.