Un castillo en Italia

Crítica de Jorge Luis Fernández - Revista Veintitrés

Familia en apuros

Hermana de la popular Carla Bruni, Valeria Bruni Tedeschi es una figura estelar del cine europeo. A fines de los setenta, su familia huyó de la Italia de las Brigadas Rojas para resguardarse en Francia, desde donde las hermanas se lanzaron a la fama. Pese a que nunca dejó de trabajar en su patria, la actriz tuvo reconocimiento internacional con 5X2 (2004) de François Ozon. Por la misma época, debutaba como directora con un film autobiográfico, y la temática continúa en Un castillo en Italia, donde también actúa. Bruni Tedeschi es Louise, hija de un poderoso y ya fallecido empresario del norte de Italia, cuyo imperio cayó en desgracia. Entre las migajas de esa familia, otrora opulenta y afincada en París, hay un par de pepitas de oro, un Brueghel original y la residencia italiana (el “castillo”) que Louise, su madre (la madre de Bruni Tedeschi), y su hermano (un enfermo terminal de sida, como el hermano de la actriz) no se deciden a vender. La cuestión autobiográfica es una de las razones por las que la película se estrenó en Cannes, pero sin esa referencia (requisito, por otra parte, vano), Un castillo en Italia resulta un puñado de escenas graciosas carente de sustento.