Un castillo en Italia

Crítica de Jessica Johanna - Visión del cine

Este jueves llega la cinta italiana, Un castillo en Italia de escrita, dirigida y protagonizada por Valeria Bruni Tedeschi.
Valeria Bruni-Tedeschi (como dato de color, es la hermana de Carla Burni) lleva muchos años (y una extensa filmografía ya) como actriz y es este su tercer largometraje. Junto a ella, está uno de los nombres más interesantes del cine francés, Louis Garrel.

Louise (Bruni) y Ludovic son dos hermanos que junto a su madre tienen un castillo en Italia que perteneció a su padre pero que deberían vender por lo mucho que cuesta simplemente mantenerlo, pero no quieren terminar de deshacerse de ese lugar que representa tanto para ellos. Además, cada uno transita sus propios problemas. Louise es una mujer de cuarenta años, soltera, que siempre quiso tener hijos pero no tuvo la oportunidad. Y Ludovic está enfermo de sida. Los dos hermanos son muy cercanos, generando a veces una intimidad casi incómoda ante los ojos de quienes no la entienden. En el medio, su madre, una mujer religiosa.

Pero mientras Ludovic se apoya en el amor de su pareja y probablemente futura esposa, Valeria se siente perdida. Hasta que conoce casualmente a Nathan (Garrel), un actor frustrado que la reconoce inmediatamente como la actriz que alguna vez fue y que, no entiende por qué, nunca continuó con su carrera. Tras la insistencia de él, comienzan una relación, pero no terminan de entenderse. Ella se siente vieja a su lado y quiere tener hijos. Él quiere divertirse pero le gusta pasar el tiempo con ella, aunque le agarran escalofríos inmediatamente después de decírselo.

La enfermedad de Ludovic es una bomba a punto de estallar pero Louise apuesta a la vida probando la fecundación in vitro para ver si de una vez en su vida puede llegar a ser madre, sola o acompañada, porque su relación con Nathan es cada vez más inestable. Esta comedia con tintes románticos y dramáticos pone en evidencia, como lo dicen en algún momento, que “los ricos también lloran”, en otras palabras, que el dinero no garantiza nada.