Un año más

Crítica de Héctor Hochman - El rincón del cinéfilo

Sensatez y sentimiento

El galardonado director del filme “Secretos y Mentiras” (1996) Mike Leigh vuelve a la palestra para retomar los temas que más le interesan. Tales como la familia, la soledad, la amistad, el amor, el deseo, la muerte, el duelo, los hijos, los padres... la vida. Si bien los temas son de importancia, la forma elegida no le va en retaguardia.

El titulo original “Another Year” hace referencia a la circulación inexorable del tiempo, no transmite extrañeza, entonces que todo el filme este dividido en cuatro capítulos nominados por el nombre de las cuatro estaciones de año, le da un plus de coherencia, que a la postre vemos que no necesitaba.

El filme abre con una pequeña secuencia que luego no tendrá incidencia en el relato, pero que si nos instala como espectadores sobre que versa el mismo, vemos a Janet (Imelda Staunton) en consulta con una doctora solicitándole algún medicamento para dormir, triste casi melancólica, no tiene donde depositar los afectos, no sabe si es amada, si alguna vez amó, ni si su vida valió la pena.

La historia se centra en una pareja sesentona (no es casual el termino, luego explicaré) de clase media, ambos profesionales, Tom (Jim Broadbent) es geólogo, Gerry (Ruth Shenn) es psicoterapeuta, trabaja en un hospital público. Ambos tienen a Joe (Oliver Maltman) su hijo de 30 años, abogado, soltero, también ocupan su tiempo libre en la huerta que poseen (otra posible lectura a la definición de pareja sesentona, en la cual todavía Tom y Gerry continúan enarbolando las premisas de amor y libertad tan en boga en aquellos años sesenta, en la que hacía su aparición el movimiento hippie) y en rodearse de sus amigos y familiares.

Entre ellos encontramos a Mary (Lesley Manville) compañera de trabajo de Gerry y Ken (Peter Wigth) amigo de toda la vida de Tom, ambos Mary y Ken tuvieron una vida para nada envidiable, no son pareja, los une su relación con Tom y Gerry.

Cada espacio de tiempo marca alguna escena de la vida cotidiana de los personajes, primavera, verano, otoño, e invierno, así se construye la historia.

El verano nos presenta a la novia de Joe, Katie (Karina Fernández), la situación parecería ser inocua, pero es utilizada por el director para que podamos presenciar, a mi entender, una de las más importantes, y la mejor escena de la película, en la que termina de instalarse el tema principal: el recorrido de los afectos.Hasta tiene tiempo de incursionar en el dolor real de la perdida de seres amados.

Abre el invierno con la muerte de la cuñada de Tom, y nos enfrenta a otra realidad, la de su hermano mayor, Ronnie (David Bradley) y su violento hijo Carl (Martin Savage).

Un film de cámara, si bien los espacio en los que se desarrolla no son muchos, mayormente todo transcurre en la casa de la pareja protagónica, pero no confundir con teatro filmado, es de cámara porque la misma esta al servicio de los actores, porque la elección de los planos cerrados sobre los rostros y los cuerpos no es aleatoria, ni gratuita. Nos muestra detalles, pequeños pero significativos, de cada uno de los personajes, no solo en las miradas, algunas de sorpresa, otras de búsqueda de complicidad, otras haciendo vacío, también en la postura corporal, como encienden un cigarrillo, la mueca en la sonrisa, la inclinación de la cabeza, el cuerpo que habla. Sin necesidad de recurrir a extensos diálogos explicativos, donde se hace fuerte esa famosa frase en que una imagen vale mil palabras.

Todo esta construcción meticulosa desde el guión se encuentra además, sustentada en la excelente fotografía de Dick Pope, que modifica el color predominante para cada episodio, pero sin varias los tonos, lo que le entrega otro punto mas de encadenamiento al producto como tal.

Todo el filme es un bastión de sensatez en lo narrado y de sentimiento en la forma de presentación.

Tampoco es fortuito que haya señalado el nombre de cada personaje con el actor que lo representa, empezando por los protagonistas y terminando por el último de los personajes secundarios, son indivisos de una excelencia mayúscula, de todos, y si me apura, creo que, y no sólo por la evolución y matices del personaje, Lesley Manville, Mary, la amiga de Gerry, se lleva los mejores lauros, pero si estamos hablando de un seleccionado, no le quepa duda que todos los nombrados estarían convocados, no se si serían todos titulares, pero que la capitanía estaría peleada, eso se lo aseguro.

(*) Realizada en 1995 por Ang Lee.