Truman

Crítica de Fernando Casals - Revista Meta

LA DIGNIDAD DEL FINAL

En Truman, Julián (Darín) está muriendo y su única preocupación parece ser con quién va a dejar a su perro. Este hecho menor dispara en él otras despedidas que debe afrontar, la de sus seres queridos. Cuando su mejor amigo llega desde Canadá para pasar cuatro días con él sabemos como va a terminar la historia.

La película funciona por su dirección formal y su estructura clásica y en gran parte por la química entre Julián y Tomás (Javier Cámara). Por momentos una mezcla entre road y buddy movie, el film logra emocionar sin caer (demasiado) en el golpe bajo. La moraleja pintada a brocha gorda es obvia pero realista: si nadie puede decirnos como vivir, tampoco deberían decirnos como morir.