Tótem Lobo

Crítica de Jorge Luis Fernández - Revista Veintitrés

El llamado de la estepa

Con Siete años en el Tíbet, el francés Jean-Jacques Annaud ganó la censura en suelo chino. Tótem lobo revierte la sanción y resulta una ambigua alegoría sobre la vida en Mongolia, una de las primeras minorías del gigante asiático. Adaptación del best-seller homónimo de Lü Jiamin (y casi una autobiografía del escritor), la película es inicialmente el vehículo de Chen Zhen, un estudiante partícipe de la fallida Revolución Cultural, a quien el gobierno comunista deporta para educar a las tribus nómades de la estepa. Allí, Chen, maravillado por la belleza del lobo, se instala con la familia de A’ba, un anciano pastor que lo ilustra acerca del rol del carnívoro en el ecosistema estepario. Esa es, quizá, la única bajada de línea oficial (por lo demás, el film, que representará a China en la próxima ceremonia de Oscar, hace un retrato caricaturesco de las autoridades). A escondidas de la tribu, Chen adopta un cachorro de lobo y el hecho traerá consecuencias nefastas. Parte Discovery Channel, parte Jack London, la escena de una tropilla asediada por una manada en la estepa nevada provee el momento más excitante y memorable para un film atemperado en el dramatismo y una duración excesiva.