Tótem Lobo

Crítica de Héctor Hochman - El rincón del cinéfilo

Dersu uzula

El titulo de la nota no está en función de referencia comparativa con el último filme de Jean Jaques Annaud, sino con el sólo fin de anticipar algo del orden del discurso puesto de manifiesto en esa obra maestra del director japonés.

En ella, sobre el final se hace alusión a los actos humanos perversos, asesinos por placer, con un único fin económico.

Entre tanto la realización del director francés, el mismo de “La guerra del fuego” (1981) y “El nombre de la rosa” (1986), en esta ocasión articula el concepto sobre el la barbarie humana, casi instalada como un virus, de manera explicita, no siendo el único tema que desarrolla de manera manifiesta, el otro tema es la invasión cultural, no hay lecturas subyacentes de real importancia, todo esta dicho a partir del relato de la historia y de las imágenes que presenta.

Basada en un best seller escrito por su principal personaje, Chen Zhen, un joven estudiante de Beijing, nos encontramos a mediados de la década del ´60, junto a un compañero de estudio, es enviado como docente, para “enseñar” a los niños mongoles sobre la “revolución cultural”.

Para ello debe vivir entre los pastores nómadas de Mongolia interior, durante dos años. Chen llega dispuesto a entregar todos sus conocimientos que la educación formal y citadina le ha entregado. Nunca supuso lo mucho que tiene todavía que aprender a partir de la cultura en la que se ha insertado. Del modo de vida en esa tierra ilimitada y hostil, sobre la noción de comunidad, de libertad, de responsabilidad sobre el mantenimiento del equilibrio de la naturaleza, y sobre los lobos, las criaturas más temidas y veneradas de las estepas.

Quedará deslumbrado por la ininteligible, para él, mística relación entre estas criaturas sagradas de estos pastores.

Para poder entender más, le surge la idea de capturar una cría de lobo con la idea de domesticarlo y estudiarlo. Situación que se precipita cuando los jefes desde la ciudad demuestran las verdaderas intenciones, corromper tanto a los habitantes del lugar como su forma de vida.

La relación entre el hombre y el animal, el modo de vida tradicional de la tribu, e incluso el futuro de esa tierra, se ven amenazados cuando un oficial del gobierno central decide eliminar a los lobos de la región, pues sólo importa el valor de la piel de los mismos.

El filme se podría encuadrar dentro del género de aventuras, por el lugar en donde está localizada la acción, los espléndidos, bellísimos, escenarios naturales (en realidad no se filmo en Mongolia) realzados por una maravillosa tarea del director de fotografía Jean Marie Dreujou, el mismo de “Balzac y la joven costurera china” (2002).

De estructura narrativa lineal y progresiva, los conflictos que presenta logran, por un lado, diferenciarlo del género de aventura simple, llano, y establecer al texto en el orden de lo dramático, mientras que por otro lado consigue mantener atento al espectador, podría decirse que algunas escenas violentas por demás estarían injustificadas, pero ¿qué invasión general es pacifica?

En definitiva, un gran espectáculo visual, grandilocuente, para establecer la existencia de una supuesta revolución cultural, pero que se define como una involución.