Todo sobre el asado

Crítica de Rolando Gallego - El Espectador Avezado

¿Qué es lo que nos define como argentinos? ¿El dulce de leche? ¿El mate? ¿El tango? ¿Maradona? ¿El asado? Si bien hay muchas cosas que nos definen, hay otras que nos distinguen, pero eso es algo que no se va a analizar en esta crítica de “Todo sobre el asado” (2016), película que además de estrenarse en salas tendrá un lanzamiento en una señal de cable y luego se sumará al catálogo del sistema de streaming más importante del mundo.
Concebida como un documental de hechos, y que con dirección de Gastón Duprat y Mariano Cohn, se propone como la absoluta verdad sobre este tipo de cocción y comida, pero también sobre nuestra idiosincrasia, el film avanza gracias al humor, a paso seguro en la narración.
Recuperando cierto espíritu lúdico y dinámico del recordado ciclo “Televisión Abierta”, y sumando a sus huestes al Negro Álvarez como narrador y entrevistador, la película se manifiesta como una libre interpretación sobre la comida preferida de muchos argentinos, excepto, claro está, los veganos y vegetarianos, y sobre las diferentes teorías e interpretaciones que se tejen alrededor de ella.
Los directores recorren su historia y los elementos de este tipo de preparación, comenzando con definiciones casi de manual, para luego avanzar en un análisis profundo sobre ítems y puntos que lo rodean, apoyándose en el humor y en el pintoresco grupo de personajes que convocaron para la propuesta.
Especialistas en desarmar particularidades y ofrecer desde la casuística una mirada lúcida sobre infinidad de temas, acá Cohn y Duprat se despegan de la burla, para poder construir un verdadero catálogo enciclopédico del argentino, que va mucho más allá de un pedazo de carne.
¿Quién prepara mejor el asado? ¿El hombre? ¿La mujer?, ¿Cuánto tiempo se aconseja dejar la carne en la parrilla? ¿Jugoso o seco? ¿De dónde proviene la expresión “cortar con cuchara”?
Los datos se acumulan y van tejiendo una urdimbre que consolida de una manera única las relaciones que hábilmente los directores y Álvarez van presentando. Y en ese acumular enciclopédico “Todo sobre el asado” va ganando espacio, va formando un magma de sentido que potencia su propuesta, la que, además, contiene especialistas que van opinando sobre aquello que se muestra y dice en pantalla.
Así, si se reflexiona sobre quién hace mejor el asado, un “filósofo” hablará de la connotación homosexual de aquellos hombres que se acercan a este centenario ritual para luego dejar que una “vegana” especialista en teorías, termine por disparar a quemarropa el consumo de los derivados de la carne y embutidos asados.
Pero Cohn y Duprat van más allá, potenciando algunas ideas al entrevistar a personajes excéntricos, que hacen que la particularidad de sus singularidades, universalicen el discurso que poseen sobre la parrilla y su consumo.
El acercamiento activo, no la expectación pasiva, es uno de los puntos más interesantes de “Todo sobre el asado”, una película que experimenta y juega, que suma y declara, que estimula y entretiene, pero que por sobre todas las cosas, analiza desde su visión sobre aquello que determina nuestra identidad como cocineros.