Tigre

Crítica de Ariel Abosch - El rincón del cinéfilo

Rina (Marilú Marini) tiene una casa en el delta del Tigre y necesita demostrar a una constructora, que se está apoderando de toda la isla, que su abandonada propiedad, en realidad no la está, para que no la desalojen gracias a una nueva ley y la obliguen a vender muy a su pesar.
Con este panorama la protagonista llega a la casa acompañada por su mejor amiga, Elena (María Ucedo), a la espera de que lleguen sus hijos, amigos de ellos, y también una vecina. Todos juntos convivirán allí unos días la espera de la decisión final. Las amigas pasan las primeras jornadas bebiendo por demás, contándose sus problemas existenciales y fundamentalmente con los hombres, ya que ambas están solas.
Mientras ninguno de los huéspedes hace nada y los domina el tedio, la quietud, el calor, los mosquitos, la crecida del río, etc., entre alguno de ellos la tensión sexual aumenta. En otro sector de la isla algo extraño ocurre, se cocina a fuego muy lento, que genera incertidumbre e intriga, porque hay una preadolescente fugada de su casa que vive con dos chicos y no quiere volver con su familia.
El relato de esta ópera prima, pergeñado por la dupla Silvina Schnicer y Ulises Porra Guardiola, avanza jugando a dos puntas, que en ciertos momentos se entrecruzan, pero todo narrado muy lentamente, lo que padecen los personajes se transmite fielmente a la pantalla, en razón de que, por más que estén pasando el tiempo en la selva, son prisioneros de sus decisiones y del ámbito que los agobia.
Lo que al comienzo parecía atractivo, luego se vuelve confuso, pues si bien están logrados los momentos intimistas entre los personajes, se aprecia un desbalanceo entre ellos, hay un sube y baja en la trascendencia e importancia de los mismos, como Elena que, en el primer tramo, está a la altura e importancia de Rina y luego se va desdibujando, transformándose en irrelevante. También los adolescentes, que en principio estaban para acompañar a los mayores adquieren una cierta preponderancia, que son funcionales para que fluya la historia, pero que no inciden en el resultado final.
El problema principal que tiene esta película es que pivotea constantemente entre el drama y el thriller, pero no se decide por ninguno de los dos. Si el relato se volcaba a un drama, focalizándose entre el sentimentalismo de la madre y la practicidad del hijo que quiere vender la propiedad, estaba bien, pero no fue así. Si lo que importaba realmente era la vida de la chica fugada, también hubiese estado interesante. Pero la marcada indefinición le ganó al relato.