Testigo de otro mundo

Crítica de Luciana Boglioli - La Capital

¿Cómo se sana un trauma con origen sobrenatural? El documental "Testigo de otro mundo" intenta responder a esta incógnita a través del viaje interno de su protagonista. Juan, que en la actualidad tiene 52 años, a los 12, fue testigo de un suceso ovni. Y a partir de ese día, el hombre de Venado Tuerto vive recluido en el campo, preso de la angustia y la incomprensión de lo que vivió. Ante este panorama, el director Alan Stivelman realiza un trabajo documental con las voces de sus protagonistas, de chamanes y de especialistas en el fenómeno.

   Lo cierto es que el fenómeno Ovni se presenta como un hecho sobrenatural moderno, y las películas se encargan de mostrar que los extraterrestres son seres que vienen a conquistar el planeta. Por eso, lo valorable del director es que propone apuntar en otra dirección e ir hasta el fondo. Así, se van tejiendo puentes a través del relato en primera persona del cineasta, de Juan, de las regresiones junto a su psiquiatra Néstor Berlanda y el análisis del famoso astrofísico Jacques Vallée. Si bien el tema es complejo de ser mostrado y que resulte verosímil, el filme mantiene el clima y conecta el fenómeno con las raíces aborígenes y los antepasados. Ubicado en pleno campo, este relato indaga en la naturaleza y más allá de las estrellas.