Tadeo, el explorador perdido

Crítica de Fernando Alvarez - Todo lo ve

Sin látigo pero con ideas

Una verdadera sorpresa es la visión de esta película de animación española dirigida por Enrique Gato, que encuentra en el público infantil -y también adulto- un entretenimiento efectivo y sólido en sus rubros técnicos.

Desarrollada luego de dos cortometrajes que tuvieron a Tadeo Jones como protagonista, la película instala el género de aventuras a gran escala más allá de su obvia referencia al personaje de la famosa saga de Spielberg. El albañil Tadeo sueña con ser un héroe, un arqueólogo como el que él admira en la televisión, pero su realidad es otra. Cuando se ve obligado a ocupar el lugar de otra persona, inicia una travesía al Perú que lo conducirá a las pistas de la ciudad perdida de Paititi. En su viaje lo acompañan su inseparable perro; una profesora; un vendedor peruano y un pájaro que se expresa a través de carteles. Todos lucharán contra una corporación de cazatesoros.

Tadeo el explorador perdido en 3D acierta en el diseño de los personajes (en especial el líder de los villanos que parece salido de un film de Bond) y en los obstáculos que se les presentan a los protagonistas en una civilización rica en tesoros y peligros ocultos.

Sin látigo, pero con sombrero y un anillo que perteneció a su padre, Tadeo no usa armas sino todo el ingenio que le permite su torpeza para llegar a la verdad y terminar con sus enemigos. La película exhibe una factura técnica deslumbrante que no tiene nada que envidiar a las producciones de la gran industria y el uso del 3D resulta eficaz porque potencia el vértigo de varias secuencias.

Un hallazgo es la transición que muestra a Tadeo en un terreno de aventuras para luego descubrirlo como un simple obrero colgado de una grúa de la construcción. Plagada de acción y con algún chiste sobre Ricky Martin, la película es la excusa ideal para disfrutar en familia.