Sueño Florianopolis

Crítica de Florencia Fico - Cine Argentino Hoy

Sueño Florianópolis, una sonrisa como consuelo y amor en brasas
El rasguido de guitarra criolla hace de introducción a la película "Sueño Florianópolis" y el ruido de un tren en funcionamiento ponen en marcha un film revolucionado por la música, comicidad y miradas psicológicas de diferentes personajes en depresión. Por Florencia Fico
La película argentina fue una coproducción: Argentina-Brasil-Francia; asimismo El Campo Cine, Laura Cine, Prodigo Films, Groch Filmes, INCAA, Ancine y Programa Ibermedia.
Lo que impulsó la fotografía de Gustavo Biazzi es un gran escenario paisajístico - turístico con sus playas, sus prácticas náuticas, los servicios de coctelería, actividades como zamba y karaoke son un enlace directo en sus costas. También espacios de caminata sin calzado entre arroyos. Tomas panorámicas y subacuáticas, por lo general planos abiertos.
El tratamiento específico de época los 90': sin celulares, poca televisión, vestuarios acorde, vinilos en las locaciones, cabinas telefónicas, mallas enterizas, mosquiteros en las habitaciones. En esa época podían aprovechar el cambio por la convertibilidad monetaria.
La fuerza de un mirador natural para plantear o contemplar distintas tramas de la película. Una charla de una pareja que ve a otras, asimismo, una que recién surge ahí mismo.
Ahí están Pedro(60) interpretado por Gustavo Garzón y Lucrecia(59) por Mercedes Morán quienes decidieron separarse; ambos psicólogos observan a pacientes que viajaron al mismo lugar discutiendo. Un poco su esencia ese espejo que es duro de ver es una genialidad cuando ellos sí resuelven su pelea con abrazos y besos.
Se conjugan guión y dirección en Ana Katz y Daniel Katz los hermanos buscaron que los actores: Mercedes Morán, Gustavo Garzon, Andrea Beltrão, Marco Ricca, Joaquín Garzón,Manuela Martinez, Caio Horowicz tengan un ensamble amable, armonioso y una rica mezcla de etnias.
El argumento se centra en 1990 a cuestas de estar al menos dos años en separación. Sin convivencia Pedro y Lucía personificados por Mercedes Morán y Gustavo Garzón enmprenden un viaje a Florianópolis (Brasil).
El matrimonio contó con 22 años de unión y padecen el interrogante acerca de continuar juntos o divorciarse finalmente. Sin embargo pospondrán esa determinación frente a su plan de vacaciones que tenían pautadas.
Lo concretan y se trasladan al otro país con sus dos hijos jóvenes en un coche Renault 12 sin ventilación. Cuando se sitúan allí Lucrecia y Pedro comenzarán relaciones amorosas con su casero Marco (Marco Ricca) y la ex esposa de éste Larissa (Andréa Beltrão) y lo que en un inicio aparenta un amor veraniego brasilero se trasformará en una interpelación urgente: "¿ Se han enamorado por completo de otras personas? o ¿ Es un encubrimiento del sostén de su propia relación que los lleva a motivar la pasión que tienen entre ellos?".
Sol (Manuela Martinez) y Julián (Joaquín Garzón) sus hijos intentarán aislarse del nerviosismo de sus padres, aunque cada uno vive sus situaciones dramáticas en igual medida.
Este lapso de tiempo da una alternativa para reconocer sus conflictos íntimos tanto en la pareja adulta como en los vínculos con sus hijos con el lema: " Juntos pero separados".
Hacen dinámicas destinadas a verse para conversar sobre sus historias, problemas, charlas sensuales, amoríos, infidelidad, libertad y censura sexual, miradas conservadoras y más despojadas.
En esas reuniones se hacen propuestas, reflexiones sobre sus actitudes frente a la vida, el manejo de distintas soledades, el humor argentino y brasilero se amalgaman como amantes de verano. Son libres de un pasado y un futuro, el sentir la naturaleza que los lleva a su transformación personal de cada personaje.
La musicalización de Érico Theobaldo deslumbra en el personaje de Marco protagonizado por Marco Ricca; casero de la cabaña que alberga a Pedro y Lucrecia. En una toma nocturna, él los llama para que canten en un bar de karaoke; Marco se siente embelesado por Lucrecia y le canta a capela una canción "Castelhana" de Rui Biriva conocida por el rítmo de los cantantes "Julio César e Augusto".
En la composición le dice entrelineas a ella: "Esperé toda la semana para ver la castellana mi hermosa flor", " Vemos el peligro del peligro" y "Si usted me ama, me ama, me ama. La gente puede ser felíz"; fragmentos que pueden verse sentimientos encontrados entre los personajes: el principio de un romance, el riesgo de ser amantes y como pueden vislumbrarse en un futuro un poco incierto entre alegría y la distancia de hacerlo realidad.
La película dura 106 minutos y desarrolla en su amplitud el género de la comedia con las intervenciones magistrales de Mercedes Morán con su humor agridulce, ácido y chocante; un estilo propio de la actriz. Hay un manejo lúdico entre la familia en escenas de juegos con el agua y el arena en las costas brasileñas que capturan las cámaras y Ana Katz con su poder de ensamblaje entre la comicidad y la angustia que llevan los personajes.
La angustia Katz la demuestra en tomas a Lucrecia navegando sola en la playa casi yéndose al océano a la deriva escenas en contrapicado casi sumergidas que expone la depresión del descubrimiento de su falta de fidelidad y sin saber qué hacer. Las caminatas en soledad de Pedro y su introspección en al no querer hacer sociales con el resto lo pone en un carácter conservador, rutinario y poco cautivador.
La comedia se da en los accidentes ya sea por no tener combustible para el Renault, una rata paseándose por una habitación, la mixtura de idiomática, al ser estafados por la empresa de viajes que los derivó a un asentamiento de cuatro paredes sucio y destartalado, terminar en un hotel apretado un ambiente con una cama matrimonial y una cucheta. "Horrible pero barato", opina Lucrecia; pero se da una escena de sexo entre ellos en el baño; una de la cuantas que habrá en la película no faltará espacio y tiempo para hacerlo.
"Está bien estamos en Brasil, el clima tropical pero éste tipo está todo el día en zunga", forma parte del pensamiento un poco risueño y conservador de Pedro que busca entender el estilo de vida en aquel país.
"¿Cómo se llama la gente que toma cerveza todo el día?", le pregunta desde una hamaca paraguaya Lucrecia y Marco le contesta "Brasilero", ella sonríe tan acogedora y esa soltura típica que le imprime Morán a sus personajes.
Éste personaje le valió el Premio Especial del Jurado a Mejor actriz a Mercedes Morán en la localidad checa del Festival Internacional de Cine Karlovy Vary.
El desenfreno que demuestra que las edades se abrazan tanto en sus hijos jóvenes que están en pleno apogeo sexual y sus padres que comulgan con la experimentación de sus placeres para re alimentar sus deseos.
Pero con distintos enfoques en Lucrecia parece ser llamado de atención a su belleza y romanticismo como mujer adulta, Pedro como un desafío para romper su rutina y Florencia que quiere explorarse en las relaciones. Los mandatos patriarcales de sus padres que no le permiten vincularse con muchos hombres.
Aunque ella sale con el hijo de Marco; César (Caio Horowicz) con el que transita un amor inocente y naif. A Julián le permiten salir del lugar para formar una banda y vivir de ello, hacerse tatuajes, vivir una sensación de libertad y no de culpa como lo vive su hermana.
Este filme está anclado al libro "Cae la noche tropical" del autor Manuel Puig. El relato se ubica en Río de Janeiro en la época de los 80, dos mujeres mayores conversan sobre sus tragicomedias y sus entretenidos encuentros fogosos.
PUNTAJE: 80