Star Wars: El despertar de la fuerza

Crítica de Regina Fallangi - Cine & Medios

La fuerza sigue con ellos

Hace casi cuarenta años George Lucas creó una historia, una historia de ciencia ficción, galaxias lejanas, naves veloces, criaturas extrañas, y por supuesto héroes y villanos. Algunos de estos personajes tenían una misión a la que llegaban con heroísmo y valor, otros simplemente porque estaban destinados a ella; y durante tres películas los rebeldes lucharon mientras el lado oscuro hacía de las suyas. Algo tan básico como el bien y el mal se resumían en "el lado oscuro" y "la fuerza", y así se inmortalizó la frase que acompañaría por décadas a nerds y fanáticos: "may the force be with you".
Ahora, muchos años después, con varias generaciones de seguidores de diferentes culturas y de todos los lugares del planeta -y luego de tres olvidables precuelas que no tuvieron la esencia de las originales, y no aportaron demasiado- George Lucas desempolvó la máquina de escribir y volvió a darle vida a los entrañables personajes de Star Wars, con Abrams a cargo del guión. C3PO, R2D2, Leia, Han Solo y Luke Skywalker han vuelto, la historia no terminó luego de "El Regreso del Jedi", la fuerza y el lado oscuro siguieron su rumbo, y la historia continúa.
El fondo negro, las letras amarillas y la inolvidable música de John Williams de fondo nos dicen que el lado oscuro ha conquistado todo lo que quedaba, ha ganado y la rebelión comandada por Leia -ahora convertida en general - trata de resistir y encontrar a Luke quien se ha marchado luego de perder a su mejor discípulo en manos del lado oscuro, y nadie sabe donde se encuentra.
La historia comienza con Poe Dameron (Oscar Isaac) un hábil piloto quien, antes de caer prisionero, guarda en el interior de su androide BB-8 parte de un mapa que contiene la ubicacion de Luke.
El lado oscuro, ahora comandado por Kylo Ren (Adam Driver) hará todo lo posible por encontrar al androide, que es rescatado por Rey (Daisy Ridley), una habitante del desierto que sobrevive buscando y vendiendo chatarra. Mientras ayuda a BB-8 a llegar a destino se encontrarán con Finn (John Boyega), un Storm Trooper que ha decidido dejar de serlo.
Ambos personajes serán claves para ayudar a la rebelión y a partir de ellos la historia se reanuda, los viejos personajes se suman a la aventura, y comenzaremos a saber de a poco qué ha pasado con cada uno de ellos, cómo ha continuado esta historia, de la que se puede decir muy poco, porque cualquier dato revelaría mucho.
A pesar de la diferencia técnica que hay entre las más de tres décadas que separan un film del otro, la estética es la misma; en 3D, digital y con los mejores efectos especiales, las naves, los extraños habitantes de cada planeta, el desierto, todo, absolutamente todo mantiene la misma estética, la misma magia, pero con una excelente calidad. Los tonos de las escenas, la paleta de color, e incluso las luces utilizadas en las batallas son las mismas, solo las luces de los sables láser han cambiado un poco, lo mismo sucede con el sonido, especialmente el de las naves.
Pocas películas despiertan tanto fanatismo, sus personajes son íconos de la cultura pop desde hace décadas, la vara estaba realmente muy alta, pero la historia supera enormemente las expectativas de cualquier fanático, y por supuesto no faltan las escenas para la tribuna, esas donde el espectador no puede evitar los aplausos o las lágrimas (sí, lágrimas), especialmente aquellas en las que reaparecen los personajes originales, quienes realizan muy buenas actuaciones, al igual que el nuevo elenco. Oscar Isaac quien ya viene despuntando desde hace un tiempo realiza una gran interpretación, Daisy Ridley tiene carisma de sobra para el personaje que debe interpretar, pero quien realmente se destaca y sorprende es Adam Driver, quien venia trabajando en filmes pequeños o independientes, y descolla con uno de los personajes más fuertes e interesantes de la historia.
George Lucas creó un universo, una historia que no envejeció, y como si eso fuera poco ahora vuelve con un filme visualmente extraordinario, y un guión redondo, firme, con situaciones esperables y otras absolutamente sorprendentes, donde J. J. Abrams supo capturar la magia y el alma del primer film.
Son más de dos horas con muy buen ritmo, persecuciones, humor e intrigas en un universo de ficción disfrutable para los seguidores de siempre y para aquellos que recién llegan.
El trío original ha seguido su camino, y la fuerza también, nuevos personajes se suman a una historia que continúa, no solo para llenar butacas, sino también para permitirnos seguir disfrutando de una historia única, que ha sido parte de la vida de muchos, y que ahora va por más.