Star Wars: El despertar de la fuerza

Crítica de María Inés Di Cicco - La Nueva Provincia

Borroneo y cuenta nueva

“El despertar de la fuerza” recurre a elementos de la primera trilogía para volver a captar a un público amplio.

La saga Star Wars comenzó a mediados de lo 70 con Una nueva esperanza, como un ensayo de George Lucas en el que pocos creyeron y que, de hecho, tuvo dificultades de financiación.

Pero el público la adoptó, y el éxito de la película hizo que Lucas se involucrara en la financiación de las dos secuelas -El imperio contraataca (1980) y El retorno del Jedi (1983)- que completaron la denominada "trilogía original", protagonizada en lo medular por Mark Hamill, Harrison Ford y Carrie Fisher.

Dada su influencia y la jerarquía "de culto" adquirida, una nueva etapa inició para Star Wars, con el advinimiento del nuevo siglo. La amenaza fantasma (1999), El ataque de los clones (2002 ) y La venganza de los Sith (2005), conformaron la precuela de la serie previa, con Liam Neeson, Ewan McGregor, Natalie Portman, Hayden Christensen, en el reparto.

A pesar del éxito obtenido en las boleterías, desde el punto de vista argumental esta segunda serie parecía requerir un conocimiento previo del tema, o al menos así se vivió, dadas las hordas de fanáticos que llenaron los cines, munidos de íconos alegóricos y de preguntas acerca de los orígenes y destinos de tal o cual personaje, absolutamente desconocidos para el común de los cinéfilos.

El despertar de la fuerza parece querer revertir cierta condición "elitista" adquirida por la franquicia, presentándose como secuela de la "trilogía original" y situándose temporalmente a treinta años de los sucesos narrados en El retorno del Jedi, dando sentido, por un lado, a la presencia de los ya mayores Harrison Ford, Carrie Fisher y Mark Hamill y a la aparición de nuevos personajes, sus sucesores en la trama.

En esta historia, la galaxia está todavía en guerra, y mientras la Resistencia busca encontrar a Luke Skywalker, quien ha desaparecido hace tiempo pero es la esperanza para que la nueva República mantenga su fuerza, una siniestra organización, la Primera Orden, ha resurgido de las cenizas del Imperio Galáctico.

En este escenario -que recurre tanto a la nostalgia y el homenaje como a la innovación- se definen los destinos de ese mundo futurista, tanto como el de la serie que, quizás, recupere a partir de ahora un público más amplio para sus salas.