Spy, una espía despistada

Crítica de A. Degrossi - Cine & Medios

De despistada, nada

La presencia de Melissa McCarthy en este filme nos predispuso mal. Hasta ahora sus trabajos se basaban en el peor humor estadounidense de los últimos tiempos. Lo bueno es que todavía podemos sorprendernos. Esta vez McCarthy va más allá de lo escatológico y exhibe todo su histrionismo al servicio de una historia que la contiene y eleva su nivel como comediante.
Estamos ante una nueva parodia al mundo de los agentes secretos, con obvias referencias al universo de James Bond. Así, la historia se desarrolla en EE.UU., París, Roma y Estambul, sitios adonde la agente Susan Cooper (McCarthy) debe ir para seguir la pista de la impiadosa y malvada Rayna (Rose Byrne), hija de un villano que antes de morir dejó una bomba nuclear lista para ser usada por el mejor postor.
El problema es que hasta ahora Cooper era solo una agente de escritorio, dedicada a asistir a los agentes que llevaban a cabo las misiones, tal el caso de Bradley Fine (Jude Law) que deja trunca una investigación que Cooper debe completar.
El filme ostenta un gran despliegue de producción y una galería de desopilantes personajes secundarios que enriquecen la trama y evitan que todo el peso humorístico recaiga sobre la protagonista, equilibrando así el ritmo cómico del filme. Todos los actores están en la misma sintonía y dominan el tono paródico sin abusar de lo grotesco.
"Spy" es una buena propuesta de acción y humor que no defrauda, y pone a Melissa McCarthy en un sitio del que no debería retroceder.