Snowden

Crítica de Leonardo González - Río Negro

“Snowden”: el regreso triunfal de Oliver Stone

Todo aquel que conozca la filmografía de Oliver Stone sabe que mucho de su carrera como director estuvo destinada a retratar temas profundos, inquietantes y controversiales de la historia y cultura norteamericanas. Títulos como “Salvador” (1986), “Pelotón” (1986), “Nacido el Cuatro de Julio” (1989) y “JFK” (1991), entre muchas otras, son buenos ejemplos de ello.

Pero en los últimos años sus películas abordaron otros temas y dejaron un poco de lado ese sello tan característico suyo... Hasta ahora. Con “Snowden” (2016) el realizador vuelve a las fuentes, a ser controversial, a alzar la voz y lo hace de una manera contundente y con esa fascinante mirada personal con que nos deslumbró siempre.

Es el año 2013. Edward Snowden (Joseph Gordon-Levitt) sale de su trabajo en la Agencia de Seguridad (NSA) con sede en Hawai. Va hasta su casa, le dice a su mujer Lindsay Mills (Shailene Woodley) lo que quiere hacer y se toma un avión hasta Hong Kong. Su objetivo es encontrarse con los periodistas Glenn Greenwald (Zachary Quinto) y Ewen MacAskill (Tom Wilkinson); y la documentalista y cineasta Laura Poitras (Melissa Leo) para revelarles cómo el gobierno de los Estados Unidos, con su división cibernética, tiene programas de vigilancia de escala global que recogen datos a través del rastreo de toda clase de comunicación digital. Pero lo más importante
–y aterrador al mismo tiempo– es que no sólo vigilan a países extranjeros, grupos terroristas, o criminales internacionales, sino también a ciudadanos americanos comunes y corrientes.

Así salió a la luz lo que alguna vez fue descripto como la mayor falla de seguridad en la historia del Departamento de Inteligencia de EE.UU., que expuso uno de los mayores atentados a las libertades individuales jamás perpetrados en la historia y convirtió a Edward Snowden en una de las figuras más polémicas del nuevo milenio.

¿Qué podía contar Stone que no se supiera, se hubiera leído o visto hasta el momento? Las verdad es que mucho. El guión está basado en los libros “The Snowden Files” (2014) de Luke Harding, y “Time of the Octopus” (2015), de Anatoly Kucherena, abogado del analista. Además de adquirir los derechos de ambos libros, también tuvo varias charlas con el mismo Snowden.

Lo que intenta retratar o mostrar la película es de dónde provenía este exempleado de la CIA, cuáles eran sus motivaciones para trabajar en los organismos en los que lo hacía, qué función desempeñaba y, lo más importante, porqué hizo lo que hizo. Éste es, tal vez, el punto más flojo del film. Oliver Stone nos presenta a un personaje tan moral y con tantas convicciones por hacer el bien y la justicia que podría ser el faro que la humanidad debería seguir en estos aspectos. Es un personaje demasiado “limpio” y transparente. Más allá de eso, lo demás es impecable.

Gordon-Levitt logra convertirse en el propio Snowden, tan bien está que hasta los propios padres del exiliado norteamericano le expresaron su maravillosa performance. El largometraje también se vanagloria haciendo desfilar –como solía hacer el realizador– a varias estrellas hasta en pequeños papeles. Además de los ya mencionados, aparecen Rhys Ifans, Timothy Olyphant, Nicolas Cage, Scott Eastwood y Joely Richardson.

Snowden es una gran película que te hace reflexionar sobre nuestras posturas ante los gobiernos, hace preguntas provocativas e interpela al espectador sobre cuánto estamos dispuestos a renunciar con el afán de estar “seguros”. Un maravilloso regreso de Oliver Stone al cine que nos supo regalar. Bienvenido de nuevo, maestro.