Snowden

Crítica de Jessica Johanna - El Espectador Avezado

La última película de Oliver Stone es una biopic correcta y poco inspirada sobre el hombre que en mayo del 2013, tras una publicación de The Guardian, pasó a estar en boca de todo norteamericano. Christian Snowden, ¿héroe o villano? Considerado traidor de la patria y al mismo tiempo venerado por su denuncia sobre programas de vigilancia masivos.
El principal obstáculo que tiene Snowden, es que llega después de un documental que ya nos lo contó todo, al menos lo más importante e impactante. La experiencia de estar viendo Citizenfour resultaba aterradora e inquietante, porque se nos estaba develando algo real. Para quien ya vio aquel documental que incluso ganó en los Oscars, Snowden no es más que una teatralización de aquella historia. Justamente esa entrevista funciona como eje dramático de la película de Stone, aunque claro, de aquella se desprenden diferentes flashbacks que terminan de retratar la figura de Snowden. No obstante, nunca se termina de profundizar lo suficiente, y se hace más hincapié del necesario en la trama amorosa. Es así que un thriller político con buen ritmo y entretenido, a lo largo de la poco más de dos horas de duración comienza a sentirse innecesariamente reiterativo.
La denuncia de Stone, un director siempre interesado en mostrar lo que no le gusta de su país, es clarísima: Snowden es un héroe, él no se lo cuestiona. Tampoco aprovecha las ironías de la vida, que sitúan a este espía refugiándose en Rusia.
Joseph Gordon Levitt interpreta al polémico Snowden y lo hace a través de una mimetización tal que lo lleva hasta forzar su voz. Los secundarios no desentonan pero la mayoría de esos personajes no tienen más que una función, como es el caso de Nicolas Cage, Joely Richardson o incluso Melissa Leo y Zachary Quinto como la cineasta y el periodista con el que se encuentran en ese hotel de Hong Kong para la famosa entrevista. También Shailene Woodley brinda mucha frescura al relato con su personaje, más allá de que le sobran muchas escenas.
Entretenida y atrapante, porque sin dudas es inevitable permanecer indiferente ante lo que tiene para contar, pero a nivel guion y cinematográfico poco inspirada. Típica biopic, con buenos aires de thriller político, aunque no lo suficientemente profunda. No lo suficientemente profunda ni a nivel político y social, ni tampoco en la construcción de sus personajes (quiero creer que Snowden es un personaje mucho más complejo que lo que lo muestra esta película). Como mencionaba, hay mucho personaje secundario que apenas aporta algo más que el rostro de un actor reconocido.
Si no se vio Citizenfour, es probable que en el espectador genere más intriga, de lo contrario no tiene mucho más que aportar. Funciona como complemento, pero no uno imprescindible. El resultado termina siendo una biopic de manual con tintes de thriller, entretenida pero poco inspirada y bastante unidimensional.