Sin filtros

Crítica de Alejandro Lingenti - La Nación

La idea que articula Sin flitro, una discreta comedia del chileno Nicolás López que se encuentra en Netflix, ha tenido una repercusión inusitada: luego de esta remake de estética pop y humor ramplón que ha dirigido el español Santiago Segura llegará a los cines locales Reloca, una versión con Natalia Oreiro cuyo trailer sugiere resultados similares. Segura dice haber filmado una "comedia de empoderamiento", protagonizada por una atribulada mujer madura (Maribel Verdú) que sufre sin anestesia el mundo que la rodea: su pareja es un charlatán con ínfulas de artista plástico; su superior en la agencia de publicidad en la que trabaja, un granuja más interesado en las figuras que en la capacidad de sus empleadas; una de sus amigas más cercanas vive obsesionada con su ex y su celular; y su hermana solo le presta atención a un gatito que terminará sufriendo un bizarro shock de glucosa. La pretensión feminista del director tambalea a la hora del recuento de los personajes femeninos, formateados a puro estereotipo y resueltos con eficacia dispar (no es lo mismo una actriz experimentada como Candela Peña que la presentadora televisiva Cristina Pedroche, dotada de menos recursos). Por fortuna, Alaska aporta su particular épica kitsch a los títulos del final con "Dramas y comedias", de Fangoria.