Silo

Crítica de María Laura Paz - El Espectador Avezado

Leandro Bartoletti cuenta a través del género documental, en el subrubro de la biopic, las peripecias de Mario Rodríguez Cobo, más conocido en la década de los 70 como Silo, de allí, el título de la película.
Quién fue Silo, que peso tuvo a nivel nacional y también más allá de las fronteras. La pregunta es si verdaderamente fue un profeta o era un loco místico al frente de unos sectarios fanáticos.
La crónica se nutre de testimonios de las personas que participaron y aún hoy siguen el camino de Silo. Aquél que formó el grupo Poder Joven, que sería la base del Partido Humanista.
Un importante cúmulo de información de archivo televisivo donde nos encontraremos con una Mónica Cahen D'Anvers entrevistadora, a Santo Biasatti, al peruano Guerrero Martineitz, a Rolando Graña y a Cristian Sanz, todos ellos tratando de desentrañar el misterio Silo.
También habrá mucho de historia, de la de acá y de la mundial, que confluyen en la película como un origen de las teorías de paz, felicidad y fuerza, que Silo venía a traer a sus seguidores y que hacen que los que lo siguen lo vean como un nuevo Mesías.
Quizá la duración atente contra lo que se quiere contar, no tanto cómo se está contando (se utilizan variados recursos, como decía, para ilustrar: ya sean fotos, animaciones, tratamiento fotográfico, videos y filmaciones, audios, etc.), sino que se repite mucho y se cae en la redundancia que puede llegar a aburrir.
Estos son los casos en los que se debería reflexionar si es conveniente estrenar en una sala o ir a la televisión. Son decisiones muy personales y también de negocio, pero con el documental que nos ocupa, no creo que hubiera mucha discusión.