Siete psicópatas

Crítica de Cristian Cárdenas - Cinematiko

La mejor manera de superar el síndrome de la página en blanco es escribir al respecto. No sabemos si el director y guionista Martin McDonagh sufrió de ello mientras escribía su nueva película, Sie7e psicópatas, pero resulta poco probable ya que el resultado es brillante, desopilante e ingenioso en igual medida. Para su segundo film, McDonagh vuelve a reunirse con el protagonista de la genial Escondidos en Brujas, Colin Farrell, y además ostenta un elenco que le despertaría la envidia de cualquier otro realizador en el medio. Con una historia que combina la comedia negra con diálogos inteligentes y agudos, el director ofrece un delirante relato que entretiene de principio a fin.

La escena inicial, donde dos personajes (Michael Pitt y Michael Stuhlbarg) son asesinados luego de un diálogo trivial, es muy al estilo Tarantino, director con el que varias veces se lo relacionó a McDonagh, y desde el principio nos presenta al primer psicópata. Martin (Farrell) es un guionista de cine muy poco inspirado que se encuentra escribiendo una historia llamada “Sie7e psicópatas” pero solo tiene el título y necesita crear los siete personajes. También tenemos a su mejor amigo Billy (Sam Rockwell), un actor desocupado que está en el negocio del secuestro de perros o, como él le dice, “préstamo de perros”, ya que los devuelve para cobrar la recompensa sin que los dueños sepan que él mismo fue quien se los llevó.

Billy trata por todos los medios de ayudar a que Martin se inspire para sacar el guión adelante (más adelante veremos que sus métodos al respecto son demasiado extremos) y todo se complica cuando “toma prestado” el shih tsu de Charlie (Woody Harrelson), un mafioso con un temperamento muy volátil y extremadamente peligroso. A partir de allí Martin, Billy y compañía deberán escapar de los matones de este gangster muy particular. El director logra realizar un relato verdaderamente complejo y divertido que atrapa en todo momento, pero creo que su mayor virtud está en ser capaz de meter una historia dentro de otra, donde la realidad estimula la ficción y viceversa. Es así que McDonagh apela a los códigos del cine (explícitos muchas veces en sus diálogos) para crear un film deliciosamente inclasificable.

Como dije antes, Sie7e psicópatas ostenta un gran elenco, pero aquí los que resaltan sin dudas son Sam Rockwell, cuyo papel es el más demente de todos y lo interpreta como solo él puede hacerlo, y el gran Christopher Walken, quien aporta su infinito carisma y hace que los diálogos suenen aún más ácidos y/o divertidos. También cabe destacar la corta pero memorable aparición especial del genial Tom Waits, que aquí interpreta a un “asesino serial de asesinos seriales” y a quien se lo ve todo el tiempo con un conejo en la mano. Tanto estos como otros integrantes del elenco son esenciales para dar vida a los demenciales personajes de la historia pero también vale decir que, además de la comedia, también le aportan mucha humanidad y seriedad en algunos momentos dramáticos (que los hay).

Por más que el síndrome de la página en blanco esté presente a lo largo del film, Sie7e psicópatas es producto de un guión sólido y muy trabajado con un McDonagh que vuelve a ofrecernos otra joyita en su corto pero brillante currículum como director. De esta manera, nos demuestra que se puede hacer algo innovador con elementos preexistentes y así crear algo nuevo e inclasificable. Y si a eso le agregamos algo de locura, mucho mejor.