Si Dios quiere

Crítica de Facundo Fernández Roldán - Alta Peli

Tommaso es un médico cardiólogo de gran renombre entre sus colegas, casado, padre de dos hijos, un hombre grande, de ideas y creencias fijas. Pero si hay algo en lo que Tommaso no cree es en Dios, en el “amigo imaginario de arriba” –como él mismo lo llama–. La vida de este respetable medico cambiará radicalmente cuando Andrea, su hijo mayor, le confiese su vocación: quiere ordenarse como sacerdote.

M’hijo el dotor
Si Dios Quiere es una comedia con tintes dramáticos, pero comedia por sobre todas las cosas, donde se nota al cien por ciento su estirpe italiana. Y el hecho de que la película proceda del país con forma de bota no es un mero dato al azar: la fotografía hace un uso precioso de las locaciones, convirtiendo a los suburbios, calles, paisajes rurales, y grandes edificios en protagonistas de la historia.

Quien se encarga de ponerse la cinta al hombro y sacarla adelante es Marco Giallini (El Amigo de la Familia) quien interpreta al genial Tommaso, el respetable cardiólogo que tiene poco tacto para con sus empleados y no tiene problemas en decir las cosas sin filtro. Todo el elenco secundario acompaña de gran forma a Giallini, pero destaca sobre sus pares, la bella Laura Morante (La Habitación del Hijo) quien se mete en la piel de Carla, la esposa de Tommaso la cual siente que su vida no tiene sentido.

A pesar de su corta duración (unos escasos 87 minutos), uno de los pilares de Si Dios Quiere es su ritmo vertiginoso, el cual compensa esos instantes en los que la trama cae en el dramatismo, y se percibe esa falta de comicidad de la cual peca por momentos la cinta, haciendo que, aunque al espectador no se le salgan los globos oculares de sus órbitas de la risa, el relato dinámico de la historia hace que uno se entretenga.

La banda sonora, compuesta íntegramente por guitarras estridentes al más puro estilo rock and roll, y el montaje de la cinta que evoca a los videoclips de la vieja época, son un buen toque que le dio el director Edoardo Maria Falcone, siendo ésta cinta su opera prima.

Los más puritas dirán que la cinta falla como comedia –lo cual es cierto–, y las escenas dramáticas no terminan de encajar bien. Todo esto, sumado al final abierto que tiene la historia, termina dejando un sabor de boca bastante extraño.

Seguramente le hubiese sentado mejor una historia inclinada más por la comedia y haciendo énfasis en los momentos absurdos –los cuales son los mejores de la cinta–, brindando esas escenas tan propias de la comedia italiana.

Conclusión
Si Dios Quiere no es una propuesta que pasará a la historia, y falla como comedia al no ser tan graciosa como debiese. Lo cual no quita que brinde momentos hilarantes, y que los 87 minutos del metraje se pasen rápido. El punto fuerte es su ritmo presuroso, las buenas actuaciones y los hermosos paisajes de Italia. Recomendable para ver en casa, pasar un buen rato y a otra cosa mariposa.