Si decido quedarme

Crítica de Juan Pablo Schapira - Tranvías y Deseos

No todos los actores jóvenes de Hollywood actúan bien, y no todo el que sorprende alguna vez es capaz de sostener un alto nivel. Son varias las circunstancias que juegan para analizar esto, pero el talento es la clave salvadora. Sobre Chloe (Grace, siempre me olvido) Moretz, cuando “Hugo”, escribí –y me estoy citando-: “Ella es "the real deal". Su mirada transmite muchísimo y todo el tiempo tiene la inteligencia de que su presencia en un plano nos revele que no está para la joda”. Dos años anos después, hoy lo repito al ver que puede sostener una película ella solita. Esto es, hacerla digerible, que podamos terminar de verla.

Es que “Si decido quedarme” es una suerte de calvario: maneja con justa sobriedad el primer impacto dramático (que es el accidente automovilístico que pone a la protagonista en un estado entre la vida y la muerte para que pueda decidirse por una de las dos…no es ‘spoiler’ porque está en el trailer) y luego desborda constantemente. Clip tras clip, flashback tras flashback, el montaje frenético y la banda sonora en la escamoteada escena de sexo (“Halo” de Beyoncé en versión acústica, aunque los personajes no tengan nada que ver con ese género musical) nos dejan en claro que no pretende ser más que una de amor adolescente, un subgénero explotado este último lustro cuya línea temporal de buenos exponentes podría comenzar con el primer “Crepúsculo” (2008) y cerrar con “The Spectacular Now” (2013). En el medio un poco de todo, más malo que bueno.

El director R. J. Cutler no se guarda recursos y mantiene apretado el boto de “escenas lacrimógenas”, siguiendo un guión cuya estructura de saltos temporales persigue enfocarse sólo en el romance (¿acaso no hay nada más para contar?), sin agregar siquiera una subtrama de mínimo interés o un personaje secundario memorable. No hay desarrollo ni matices, todo avanza sin mayores sobresaltos hasta su esperado final; y esto es lo que hace más valiosa la labor de Moretz, que logra ponerse, actoralmente, encima de las múltiples falencias del film. Tampoco nos engañemos y reconozcamos que, por más talento que la joven derroche, no alcanza para que se trate de un mejor producto.

No la puedo recomendar, pero entiendo que el público de estas películas ya sabe cómo terminan. Ellos son los que van al cine luego de haberse tragado la saga entera de vampiros, aliens adolescentes y las estrellas (este film también está basado en una novela). Y lo viven con emoción de todos modos. No les importa. Quizá al menos debería empezar a importarles quién es Chloe Moretz: una inspiradísima actriz que resuelve estos papeles con una intensidad que hoy rara vez asoma en su generación a ese nivel de exposición. Y que les importe acá (en USA ya es una superestrella), así descubren otras películas mejores que “Si decides dejarme”, como cuando alguna vez bajaron la filmografía de Kristen Stewart y vieron que Bella Swan es un poroto al lado de todo lo que la piba elige hacer. Porque tiene con qué. Igual que Chloe.